«”INTRODUCCIÓN.
Desde las primeras relaciones comerciales fenicias, que introdujeron esta zona en el mundo conocido de las grandes civilizaciones de la época, el litoral gaditano ha jugado un papel de intermediario y canalizador de los productos y pueblos que se encontraban en Occidente. Así Gadir, y luego Gades, la actual Cádiz, debieron su riqueza a ese papel de salida al exterior de las ricas comarcas del interior, ya se llamaran Tartessos o Betica. Esto es así porque las enormes riquezas que afluían desde Occidente a Levante no se originaban, en la mayoría de los casos, en las comarcas más inmediatamente cercanas a la costa. Como ejemplos, baste citar los minerales, provenientes en su mayoría de Sierra Morena o aun más lejos, de la Ruta del Estaño o el aceite del curso medio y alto del Guadalquivir. Las ciudades del litoral sólo producían una mercadería de valor para el comercio, el garum, una salsa preparada en base al atún, que era considerada como un bocado de gourmet. Aunque importante como parte de las transacciones comerciales, su papel en la dieta habitual era nimio, al ser un artículo de lujo y no ser el pescado parte habitual de la dieta fuera de las propias costas.
Lámina de portada: Grabado recogido al principio del artículo. [Se corresponde con la parte inferior del dibujo realizado por Joris Hoefnagel, 1565, denominado “Moriscos en la Vega” ].
Antes de la crisis del siglo III, tenemos un paisaje típico del mundo romano, con unas ciudades que concentraban el poder político y cultural y unas propiedades rurales que las alimentaban, en manos de las clases altas urbanas. La expresión arqueológica de esta relación la podemos ver en las construcciones clásicas romanas, que podemos encontrar en Cádiz o Bolonia, donde se instaló una ciudad que experimentó una época de bonanza basada en la preparación y comercialización del pescado, especialmente el atún rojo, al igual que en el alto número de villae o grandes propiedades agrícolas que estructuraban la producción agrícola.”»
(*) Sobre el autor. Ramón Fernández Barba.- Actualmente trabaja en el Museo Casa de Sefarad, de Córdoba, centrado en la historia y cultura judías en la Península Ibérica, desempañando distintas funciones, desde visitas guiadas y conferencias en diferentes idiomas (español, inglés y francés) hasta responsabilidad de RRHH y gestión de proyectos internacionales (Erasmus +). // Anteriormente, había trabajado como arqueólogo para diferentes empresas en Cádiz y Córdoba, y desde 2003 hasta 2013 también en el ámbito público en el Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra, cumpliendo varias funciones y tareas, que abarcan desde la investigación (cerámica, extracción de materiales pétreos), la catalogación y gestión de materiales arqueológicos hasta labores de difusión. // Información extraída de linkedin.com.
[CONTINUARÁ el próximo 02 enero 2.026]
*** Fuente: Boletín «LA LAJA», Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil. Número 7, diciembre 2006, p.p. 14-20.

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