EN UN PUEBLO DE SEVILLA.
En un pueblo de Sevilla trabajaba don Francisco,
tenía una hija guapa que era la flor de la maravilla.
Una tarde fue a llevarle a su padre la merienda
y un rico que estaba allí se ha enamorado de ella.
-¿Es tu hija don Francisco?
-Sí es mi hija don José.
-Tiene usted una hija más guapa
que la flor de la maravilla.
De buenas ganas, señor, con ella me casaría
y a usted y a su hija, yo afortunados los haría.
-Tiene novio, don José, y lo tiene en el servicio,
honrado y trabajador, y se quieren con delirio.
Yo se lo diré a mi hija y con la contestación
que me dé, a usted se la entregaré.
-Hija mía de mi alma, ¿cuántas dichas has traído a casa?
Me he encontrado a un caballero que conmigo platicaba,
se quiere casar contigo y te quiere hacer afortunada.
-¿Cómo dejo yo a Manuel, hombre que yo tanto quiero
y eso es ser miserable, dejarlo por el dinero.
La cosa se puso seria y la boda se acercaba
y viento que no venía, ella le ha escrito una carta,
-Querido mío Manuel, querido mío del alma:
métete en lo más profundo cuando recibas mi carta,
mi padre quiere casarme con un rico millonario.
Pide Manuel su permiso y “pa”su pueblo camina
y antes de llegar al pueblo, un amigo le decía:
-Tu novia se está casando con un rico millonario.
Coge Manuel su caballo y “pa” la iglesia camina,
y Blancaflor, que lo vio entrar, le echó los brazos encima.
-Ya, yo tengo aquí mi amor,
ya, yo tengo aquí mi prenda,
ya tengo quien me defienda.
-Esta me la llevo yo,
me la llevo porque es mía,
que salga ese millonario
y nos jugaremos la vida.
Fuente: “VILLANCICOS Y ROMANCES, TRADICIÓN POPULAR”, Delegación de Cultura Ilmo. Ayuntamiento de Conil, 1999. Grupo de trabajo: ilustración, María José Plaza y Juan José Ramírez; recopilación letras, Cristina Ligero y Leonor Muñoz; publicidad, Cristóbal Quintero; idea/música, Juan Jesús Quintero. Gentileza: Saturnino Iglesias Pérez.
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