miércoles, 17 de julio de 2024

“LOS PESCADORES CONILEÑOS A LO LARGO DEL SIGLO XX: evolución histórica hacia un sistema socioeconómico autocentrado”, 1/5. DAVID FLORIDO DEL CORRAL, Universidad de Sevilla. Grupo de Investigación G.E.I.S.A.

De como, pasados cerca de veinte años, desde que el profesor Florido del Corral publicara este artículo en el Boletín de la Asociación “La Laja”, se puede comprobar que su veredicto final, a modo de conclusión, de que la evolución de la pesca en Conil, en el pasado siglo XX, hizo que el puerto se conformara como un NUEVO ESPACIO ECONÓMICO DE LOS PESCADORES, sigue en pie, o incluso esa percepción ha sido mejorada. 

Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo. 

« El tránsito del siglo XIX al XX, y a partir de aquí la práctica totalidad de esta última centuria, se ha caracterizado por un proceso crítico en lo que afecta a la evolución y reproducción social de las actividades pesqueras conileñas y el conjunto de relaciones sociales, económicas y políticas que las acompañan. El factor fundamental de este episodio es el proceso de CAPITALIZACIÓN INTENSIVA E INDUSTRIALIZACIÓN de las actividades pesqueras de este litoral, que ARRINCONÓ a la flota conileña, estructurada sobre una lógica FAMILIAR Y ARTESANAL, y promovió su descapitalización humana hacia otras modalidades y entornos. 

[Imagen del original, con el mismo pie de foto] Varando las barcas de la almadraba de Conil, hacia 1920. Foto: Benigno Rodríguez Santamaría

A lo largo del siglo XX, el sector pesquero de Conil se ha fundamentado en tres modalidades pesqueras: la ALMADRABA, siempre controlada por agentes económicos exteriores a la localidad y cuya importancia radicaba en que proporcionaba un mercado de trabajo estacional pero estable a un amplio número de familias (hombres y mujeres) de la localidad; la JÁBEGA, más orientada a los mercados comarcales y que implicaba una división manifiesta entre los propietarios de los barcos y enseres y los trabajadores y los BARQUILLOS DE PESCA, con menos capacidad económica, producción más modesta y más variada y reconocidos en los documentos como BOTES DE CALAMARES, por ser ésta su pesquería más rentable. 

[Fotografía no integrada en el artículo original, ha sido añadida, a modo de <ambientación>, por el transcriptor] Descarga de atunes en el muelle de Sancti Petri, sobre 1920. Fuente: “fotografiaquijano punto es”. 

ALMADRABA.

Desde los últimos años del siglo XIX están produciendo las de TORRE ATALAYA (un poco al Poniente del núcleo de población), y que contaba en 1.868 con 241 marineros, explotada mediante arrendamiento por Francisco Ibáñez, y TORRE DEL PUERCO (en el límite con Chiclana) con 173 para la misma fecha, que tenía como arrendatarios a los herederos de Gaspar Pérez. Así mismo, en 1887 se concede la explotación a Daniel Ibáñez de otra almadraba en TORRE NUEVA, al levante de Conil, ya en territorio municipal de Vejer de la Frontera (Anónimo, 1887). No debemos pensar que todos los operarios de las mismas procedían de Conil, pero sí un número importante de ellos por informaciones que obtenemos de las fuentes algunos años atrás. Ahora bien, desde la conformación del CONSORCIO NACIONAL ALMADRABERO, establecido entre un grupo de potentes empresarios conserveros y el Estado entre 1.928 y 1.971, se producirá una importante reducción de centros productivos almadraberos, con SANCTI PETRI (desde 1.930) y BARBATE como los más importantes enclaves de la provincia. Cuando se pone en marcha el Consorcio ya no se utilizan las almadrabas de Torre del Puerco o Torre Nueva y la de Torre Atalaya tendrá en 1.934 su última temporada – con la excepción ulterior de 1.968 -. Se conforman, por tanto, dos grandes centros de extracción y manipulación, crecientemente tecnificadas y capitalizadas en las que podrán trabajar hombres y mujeres de Conil: los hombres como marineros y en las faenas de salazón y otras auxiliares de carga, y las mujeres en el estibado, enaceitado y enlatado de la producción pesquera, aspecto éste que nos ayuda a entender la importancia estratégica de esta pesquería para las economías familiares. 

[Imagen del original, con el mismo pie de foto] Copo de la almadraba de Conil, 1.920. Dibujo: Benigno Rodríguez Santamaría

El cierre de la almadraba de la Atalaya se justificó por el descenso de las capturas en el período 1.928-1.934 (9.661 a 2.781 atunes), pero es muy posible que se tratara de una tendencia estacional. Todavía era un centro productivo superior a los de Tarifa y Zahara de los Atunes, que siguieron calándose. Por tanto, hemos de pensar en otros factores para su desmantelamiento, como las estrategias empresariales explicables por la inversión realizada en PUNTA LA ISLA (Sancti Petri), o las REIVINDICACIONES LABORALES que protagonizaron los operarios conileños en el despuntar de la década de los treinta, incluso con participación del sindicato UGT, que no debió agradar en absoluto al consorcio empresarial. En cualquier caso, los almadraberos radicados en Conil siguieron trabajando en Punta la Isla y sus reivindicaciones iniciales, en 1.933, fueron rápidamente controladas. Los años treinta fueron los de la creciente importancia de esta pesquería para las familias de pescadores, en detrimento del resto de modalidades, junto a la atracción creciente ejercida por la cada vez más consolidada flota de cerco de la vecina localidad de Barbate, en cuyos faluchos se enrolaban cada vez más los ARDEROS conileños, como se conocía en la localidad a los marineros que hacían la pesca nocturna al arda a partir de otoño en esta flota. Si los marineros de la almadraba terminaban su temporada en Septiembre, la estrategia más seguida será enrolarse a partir de entonces en Barbate para hacer la pesquera de la sardina hasta la primavera próxima. Es decir, conforme pesquerías más capitalizadas e intensivas, como la flota de cerco de Barbate y las almadrabas van ganando terreno – junto a los centros de procesamiento relacionados con estas pesquerías donde trabajan las mujeres de pescadores hasta que son desposadas -, los braceros del mar conocen un proceso de proletarización y especialización laboral que obstaculiza el mantenimiento de los artes tradicionales y menos intensivos como las jábegas o los TRASMALLOS, CAZONALES y aparejos de anzuelo. » 

Fuente: “Los pescadores conileños a lo largo …”, David Florido del Corral, Profesor Titular de Universidad, Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla. Boletín "LA LAJA" (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núm. 4, pp. 39-45agosto 2004.

[CONTINUARÁ el próximo 24 de julio] 

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