lunes, 16 de septiembre de 2024

NAUFRAGIOS EN EL LITORAL DE CONIL, 39: “EL SOBERBIO” (1.752) // “NAUFRAGIO Y RESCATE DE UN NAVÍO EN EL SIGLO XVIII”, 09/16. // Genoveva ENRÍQUEZ MACÍAS y Victoria STAPELLS JOHNSON.

[VIENE del 09 de septiembre]

Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo. Las imágenes han sido seleccionadas por el transcriptor, con indicación de la fuente y autoría siempre que ésta haya sido posible identificar.

[Ambientación] Cabañas de pescadores en la playa, al sur de Marruecos. Fuente: “alamy punto es”. 

« Además, asistía a las labores de vigilancia un destacamento de soldados de infantería y de a caballo, los llamados “aljameles” [1], que recorrían a diario la playa y controlaban los accesos. Su número fue variando de 60 a 30 conforme se hicieron menos necesarios porque el mar ya no arrojaba nada y los ladrones se retiraron. // Los más importantes eran los BUZOS, cuyo trabajo era dirigido por Mateo Capulino en estrecha colaboración con el contramaestre Diego Bicheron, cuya participación fue esencial pues proporcionó los datos necesarios para localizar el pecio e informó sobre cómo se había estibado la carga y de qué manera podía haber quedado.

[Ambientación] Hallaron un barco del 1700 y sus mercancías en el Mar Rojo. Fuente: “clarin punto com”, 11 abril 2021, Gustavo Londeix

Siendo La Barrosa un lugar desierto, uno de los problemas a solventar era el abastecimiento de todo este personal. Lo más cercano era Chiclana, y desde allí se tenía que traer incluso el agua para beber, aunque al cabo de los días se descubrieron unas pequeñas fuentes o caños de agua potable en las cercanías de la playa. Incluso se llegó a considerar que eran aguas con propiedades curativas (23). Esto propició que lo que inicialmente fue una gran desgracia se convirtiera en un lucrativo negocio para los habitantes de los alrededores, no sólo porque los que robaron entre los restos se hicieron con objetos de gran valor, sino porque durante el tiempo que duró el rescate el Real se convirtió en un lugar donde vender productos locales, e igualmente se generaron puestos de trabajo. Había que proveer al campamento y sus moradores de comida, bebida y toda clase de productos de primera necesidad. Allí se concentraban unas DOSCIENTAS PERSONAS y, para evitar que los vecinos se aprovechasen de las circunstancias subiendo abusivamente los precios, don Carlos Valenciano estableció inmediatamente un arancel fijando el valor de cada producto. // Durante los primeros días, además de comida se trajeron vidrios para las ventanas que sustituyeran a los cueros instalados inicialmente; también vasos, cántaros para el agua, paños de bayeta verde para la sobremesa, cargas de cisco picón para braseros, agujas e hilo, velas de sebo para alumbrarse, colchones y mantas, pólvora, así como varios caballos y mulas para transportar cargas y personas.

[Ambientación] Aparece un espectacular mercante del siglo XVII intacto en aguas del Báltico. Fuente: “ABC”, del 10 septiembre 2020. 

La DIETA consistía en pan blanco y prieto, carne salada de puerco, carneros, gallinas, pavos, huevos, salchichas, manteca de Flandes y de puerco, tocino, verduras, ajos, pimientos, garbanzos, bacalao, atún, quesos, aceite, vinagre, pasas, almendras, azúcar, vino de Jerez, aguardiente, bizcocho, chocolate, etc. Con el Estanco Real del Tabaco de la villa de Chiclana se llegó también a un acuerdo para la venta de tabaco de humo, lo que nos demuestra que ya por entonces lo de FUMAR ERA UNA COSTUMBRE GENERAL y el tabaco se consideraba un producto básico. // Dato curioso nos parece el hecho de que entre las barracas del Real había dos ocupadas por el cocinero, un tal Bautista Pesero: en una atendía por contrato al personal que allí estaba trabajando, pero pronto construyó otra de su bolsillo al percatarse de que muchos vecinos del entorno, además de los propios afectados cargadores del navío, se acercaban a La Barrosa por curiosidad o para comprobar cómo se desarrollaba el rescate. Así tenemos constancia de lo que podemos calificar como el primer “CHIRINGUITO PLAYERO” de que hay noticia. 

[Ambientación] “Fumadores y bebedores”, 1652, óleo sobre tabla, 34x48cm, de David Teniers (Amberes, 1610 – Bruselas, 1690). Fuente: Museo del Prado, Sala 77. 

Vivir en la playa prácticamente a la intemperie provocó, aparte de incomodidades, algunas enfermedades. Lo comprobamos cuando por septiembre de 1752 se menciona que todos los del Real habían caído enfermos con fiebres cuartanas, es decir, insolación a causa del sol del verano, y por supuesto el frío y la humedad también hicieron estragos. Hay que citar igualmente los accidentes propios del trabajo que se realizaba. Los buzos salían frecuentemente heridos, sobre todo cuando manipulaban las PLANCHAS DE COBRE, que llegaban a pesar treinta kilos y cuyas aristas les provocaban cortes graves. // El ejemplo más destacable lo tenemos en el mismo Capulino, que enfermó de fiebres en noviembre de 1752 y murió tras largos meses de enfermedad en junio del año siguiente, aunque en ese período no dejó de asistir intermitentemente en el Real. Uno de los delegados del Consulado, Matías Grueso, también cayó gravemente enfermo, siendo sustituido por su hermano Santiago, y el mismo contramaestre Bicheron se retiró en varias ocasiones para curarse de diversas dolencias. »

[Ambientación] Obra de Lucas Valdés, 1699. Hospital de la Hermandad de los Venerables Sacerdotes, Sevilla. Fuente: “artemedicina.art punto blog”. 

Nota de las autoras:

(23) Más tarde, en el siglo XIX se pusieron de moda en esta zona de Chiclana unos balnearios de aguas medicinales.

Nota del transcriptor:

[1] Aljamel / Alhamel.- 1. Bestia de carga. 2. Ganapán (hombre que lleva recados o bultos). 3. Arriero (hombre que trajina con bestias de carga). Todas son acepciones andaluzas de la RAE. 

Fuente: “El SOBERBIO. Naufragio y rescate de un navío en el siglo XVIII”, por Genoveva Enríquez Macías (Universidad de Sevilla) y Victoria Stapells Johnson (Universidad de Ottawa, Canadá). Revista de Historia Naval; Instituto de Historia y Cultura Naval Armada Española; N.º 93, Año XXIV, 2006, pp. 33-56. // Tesis doctoral: “Guillermo Terry, armador en Cádiz y su navío SOBERBIO. Guerra y comercio en la primera mitad del siglo XVIII”. Autora, Genoveva Enríquez Macías, Director-Tutor, Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno. Universidad de Sevilla, febrero 2023.

[CONTINUARÁ el próximo 23 de septiembre] 

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