jueves, 15 de febrero de 2024

PATRIMONIO CULTURAL: ACTIVIDAD AGROPECUARIA I.

AGRICULTURA TRADICIONAL

La agricultura tradicional de Conil y de la Janda Litoral ha sido la extensiva de secano. Durante los siglos XVIII y XIX lo característico fue la trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo), con un sistema de explotación arcaico y de muy bajo rendimiento, comparado con las explotaciones actuales. La rentabilidad del sistema venía dada por la mano de obra jornalera, abundante y barata. La gran mayoría de la superficie se dedicaba a tierras de labor y especialmente a trigo. El viñedo tuvo en Conil cierta importancia económica, sobre todo en pequeñas propiedades, pero a fines del s. XIX desaparece con la plaga de la filoxera. El olivar tuvo siempre menor importancia. 

Al otro lado del río, hacia 1963, un agricultor se fuma un cigarro junto a la yunta de bueyes. Foto Juan Capacha. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 102, 2004. 

Durante la primera mitad del s. XX el monocultivo cerealista era abrumador, independientemente del tamaño de las explotaciones. La rutina seguía dominando en los métodos de cultivo, con escasa mecanización y abonado. Los instrumentos de trabajo eran los de siempre: el arado romano, la azada y la hoz, con alguna máquina como la trilla; los animales de tiro (bueyes, asnos, mulos) eran imprescindibles para el trabajo de la tierra y el transporte de los productos. Pero la colonización agrícola de la zona norte del término (Barrio Nuevo, Roche, Las Parcelas) fue poco a poco cambiando la situación, entre 1920-1950, al producirse una creciente intensificación del cultivo en pequeñas parcelas regadas a partir de pozos, lo que propiciará la extensión de la huerta.

Diego Reyes y Curro Amaya “El Gitano”, hacia 1965, suben a La Lobita, por la carretera general. Colección particular Francisco Amaya. Fuente: “Conil en la Memoria II”, p. 129, 2007. 

Desde mediados del s. XX, la agricultura tradicional entra en crisis. Entre 1960 y 1980 el campo se mecaniza y los cereales pierden peso en beneficio de las plantas industriales (remolacha, girasol). Hoy, la agricultura extensiva de secano ocupa las tres cuartas partes de la superficie agraria útil y sus rendimientos, a pesar de los avances, continúan siendo bajos. La explotación media de Conil tiene entre 20 y 25 has., dedicadas principalmente al cultivo de trigo y remolacha, muy dependiente de las ayudas de la Unión Europea.

En el año 1960, los niños Antonio y Manuel Pareja, junto a trabajadores trillando en “Bocabajo”. Colección particular Manuel Pareja. Fuente: “Conil en la Memoria II”, p, 136, 2007. 

Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007. 

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