Publicación de periodicidad anual, fundada en 1722 por Luis Félix de Miraval y Spínola, que ese mismo año obtiene el marquesado de Miraval, y Gaspar Ezpeleta, y que hasta 1734 se titula “Kalendario particular”. A partir de 1725 su impresor será Juan Sanz; después lo serán sus herederos, y desde 1730, Antonio Sanz, su sobrino, que en 1769 cederá los derechos a la Corona española a cambio de una pensión vitalicia. La colección más completa fue adquirida por la Real Academia de la Historia, y la que posee la Biblioteca Nacional de España comienza en 1744, estampado con privilegio que tiene Antonio Sanz, impresor del Rey y su consejo. En su portada se expresa que contiene los nacimientos de los reyes, reinas, los setenta miembros que componen el sacro colegio cardenalicio, los príncipes de Europa, los ministros que componen los tribunales de Su Magestad en sus reinos, con indicación de sus residencias particulares en Madrid.
En definitiva, se trata de una guía completísima de la Administración del Estado del antiguo régimen, con la indicación de sus órganos ejecutivos y consultivos (consejos reales, juntas), instituciones científicas y académicas y demás organismos y entidades que la monarquía española fue creando a lo largo del siglo dieciocho (entre estas la propia Real Biblioteca Pública, antecedentes de la Biblioteca Nacional de España, y las reales academias), con los nombres de los arzobispos y obispos de España y de las Indias, la composición de los tribunales (chancillerías y audiencias), relación de reinos y provincias y partidos, con los nombres de sus gobernadores, intendentes y corregidores.
Comienza con el calendario gregoriano, con el santoral de cada día y datos astronómicos, y contiene también el jubileo de 40 horas, así como datos estadísticos de matrimonios, nacimientos y fallecimientos de las parroquias madrileñas, y un resumen de los enfermos en sus hospitales. También otra sección sobre los días en que la corte se viste gala o los días en que vienen y parten los correos en la Estafeta General de Castilla en esta corte, o la relación de los caballeros del Toisón de Oro. Asimismo, incluirá los valores de las monedas españolas y sus valores de cambio con las más importantes de Europa.
Desde 1768 le acompañará el “Estado militar de España”, con portada propia, con los nombres de los capitanes y tenientes generales del Ejército de Su Magestad, mariscales de campo, brigadieres y oficiales de Marina, etc.
En la edición de 1767 comienza a incluir grabados, como los de Carlos III, los Príncipes de Asturias o el del Palacio de Aranjuez, y después los de Carlos IV y la reina Maria Luisa, para en el siglo XIX incluir los de Fernando VII y los de su hija, la joven reina Isabel II. Asimismo llegará a estampar una docena de mapas de España y planos de Tomás López y sus hijos.
En 1774 saldrá ya de la Imprenta Real de la Gazeta, incluirá las relaciones de caballeros de Carlos III, de catedráticos de los Estudios Reales, de embajadores y cónsules y vicecónsules del Rey en el extranjero, la cronología de los reyes de España o el calendario de las principales ferias. En 1790 ya incluye un índice, al final o al comienzo, y en el siglo diecinueve, las relaciones de la Real Orden de Damas Nobles, de las sociedades económicas o del Real Seminario de Nobles. Su volumen irá aumentando a lo largo de los años, desde el centenar hasta superar las cuatrocientas páginas.
Durante la invasión del ejército napoleónico, el kalendario no aparecerá en 1809 ni en 1810, y para 1811 saldrá de la Imprenta de D. Miguel Segovia, impresor de la Real Marina, desde la Real Isla de León, en Cádiz, elaborado por dos redactores de los que se encargaban de las principales guías de forasteros, de litigantes, de comercio y hacienda, y de guerra y marina, de Madrid, y se titulará Guía patriótica de España. Incluye una introducción narrando las dificultades que se dan para elaborarla y constará de dos partes. En la primera se dará cuenta del gobierno legítimo, de sus tribunales y estado militar, y la segunda, de los cuerpos y oficiales de los ejércitos residentes en Cádiz, así como de la relación de diputados de las Cortes, acompañada de un artículo. Las de 1812 y 1813 se titularán Guía política de las España, y es también impresa en Cádiz, la primera en la oficina de la viuda de Comes, y la segunda en la Imprenta Nacional. En este caso es elaborada por un solo redactor, e incluye unas efemérides patrióticas de los principales acontecimientos que se han venido producido durante la guerra contra los ejércitos franceses, y artículos introductorios a la relación del cuerpo legislativo, listado de diputados y del tribunal y secretaría de Estado de Cortes, poder ejecutivo, consejo supremo de Regencia, Consejo de Estado, embajadores y comandantes de los ejércitos. La de 1813 incluirá una addenda titulada Exércitos nacionales.
Al regreso de Fernando VII retornará de nuevo a su título anterior y a prácticamente a los mismos contenidos que publicaba durante el antiguo régimen, hasta que durante el trienio liberal modifica otra vez su cabecera y algunos de sus contenidos, al incluir de nuevo la relación de diputados a Cortes y las nuevas instituciones administrativas que el incipiente Estado liberal comienza a crear. En 1821 se titula Guía de forasteros en Madrid, y en 1822 y 1823 Guía política y militar, estampándose en la denominada Imprenta Nacional, antes Imprenta Real. Por su parte, el Estado militar de España, que venía publicándose conjuntamente con el kalendario, en 1821, 1822 y 1823 se titulará Estado de los ejércitos de la monarquía española.
El calendario para 1825 resulta, asimismo, interesante porque en las relaciones no aparecerán los “purificados”. Esta publicación seguirá editándose hasta 1837, cuando es sustituida por la titulada Guía de forasteros en Madrid, incluyendo los grabados de la reina gobernadora Maria Cristina y su hija, Isabel II, y dando cuenta de la nueva organización que el Estado liberal estaba creando, en sustitución a la del viejo régimen, por lo que el kalendario es una fuente de información básica para el conocimiento tanto de la evolución de la estructura estatal como de quienes eran titulares de sus numerosos órganos e instituciones, desde la monarquía absolutista e ilustrada del dieciocho hasta las primeras décadas de construcción del Estado liberal, con sus dos episodios más influyentes, el constituyente de las Cortes de Cádiz y su epígono del trienio.
Fuente: Biblioteca Digital Hispánica. Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España.
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