De
como han pasado ya siete años desde que en el sector, y en todo el
pueblo en general, se celebró con diversos actos el primer
centenario de la fundación de la Sociedad, posterior Pósito
Pescador y definitiva Cofradía de Pescadores de Conil, cuando se
rescata este artículo publicado en el Boletín de La Laja en 2004,
donde se narran los comienzos de esta organización, conducentes a
recompensar el trabajo y el esfuerzo de los hombres de la mar,
buscando un futuro mejor.
[Fotografía no integrada en el artículo original, ha sido añadida,
a modo de <ambientación>, por el transcriptor] Un
grupo de “jabigueros", hacia 1962, entre ellos Chano
Cifuentes,
José Heredia,
José Pareja,
Antonio Ureba,
Francisco
Trujillo,
Diego Cifuentes,
Bartolo Sánchez,
“Ramito”,
“Bartolito”,
Manuel Ramos,
Pacheco,
… Fotografía Juan
Capacha,
John Richard
Adelmann.
Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 125, 2004.
El
Documento 1 es la respuesta que el Pósito Pescador de Conil da a un
cuestionario remitido por la Caja Central de Crédito Marítimo, y
tiene fecha del 10 de febrero de 1924.
[Fotografía no integrada en el artículo original, ha sido añadida,
a modo de <ambientación>, por el transcriptor] Sello
fiscal por valor de “Una Peseta” de la Caja Central de Crédito
Marítimo, años veinte del siglo pasado. Fuente: “todocoleccion
punto net”.
Nota:
Todo el texto escrito en letra cursiva,
itálica o
bastardilla, se
corresponde a la transcripción original del artículo.
[VIENE
DEL 17 de junio]
«
DOCUMENTO 1: RESPUESTAS AL CUESTIONARIO DE LA CAJA CENTRAL DE CRÉDITO
MARÍTIMO [1].
A.-
Épocas del año en que se puede enviar pesca a Madrid:
La pesca puede decirse que comienza aquí en el mes de abril. Claro
que de seguida puede mandarse a Madrid, aunque no puede asegurarse de
manera diaria, ni aún periódica, porque tratándose de un PUERTO
ABIERTO, SIN
MUELLES NI RESGUARDOS, se
está a merced de que no lo consienta la quietud de las aguas
marinas. En realidad, cuando hay más pesca, y por tanto más
probabilidades, es en los meses de JULIO A OCTUBRE y NOVIEMBRE.
B.-
Cantidades y clases respectivas:
No puede calcularse la cantidad, pues tratándose de peces de paso
(sardina y boquerón), principalmente, es difícil adelantar
cálculos. Por decir alguna cantidad, puede conseguirse la de 1.000
arrobas semanales [una
arroba = 11,5 kg.].
Las clases de pescados que abundan son las SARDINAS, ATÚN,
BOQUERONES, BRECAS, JURELES y CALAMARES.
C.-
Precios medios aproximados:
La SARDINA oscila entre 2,50 pesetas
[0,015
€]
y 15,00 [0,09
€]
la LAVADERA [2].
En la actualidad se subasta en la propia playa a 0,80 ptas [0,0048
€]
poco más o
menos cada kilogramo. El ATÚN es exclusivo de las almadrabas, pues
fuera de ellas se da muy poco o ninguno. BOQUERONES, por ser
pequeños, a mitad de precio de las sardinas; los JURELES al precio
de los boquerones. Los CALAMARES y las BRECAS, oscilan entre 0,50
[0,003
€],
1,00 [0,006
€]
y hasta 2,00
pesetas [0,012
€]
cada kilogramo. Claro que esos precios dependen de la abundancia o
escasez de la pesca y de que haya más o menos compradores.
[Fotografía no integrada en el artículo original, ha sido añadida,
a modo de <ambientación>, por el transcriptor] Sacando
la red, hacia 1973, después de venir de la mar. Fotografía Juan
Capacha,
John Richard
Adelmann.
Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 161, 2004.
D.-
Forma
actual de recibir el importe de la venta de la pesca:
Actualmente, y desde siempre, se subasta la pesca en la playa, al pie
de la red, y se cobra su importe al regresar pescadores y pescaderos
al pueblo. El pescador no dueño, y que va a la parte, no puede
aguantar, ni aguarda, el producto de la pesca. Es tan apegado a esa
rutina, que crearía un conflicto si no se le diera de noche el
producto de lo que durante el día pescó. La Instrucción es lo
único que pudiera arrancarlo de esa costumbre atávica y eso es una
de las cosas que se pretenden con las enseñanzas organizadas.[3]
E.-
Dificultades que
precisará vencer para transportrlo a Madrid:
Construcción del ferrocarril de la costa, proyectado y estudiado
desde el año 1854. El transporte se hace a lomo de caballerías o en
carrillos de una mula [4],
desde
la playa a la estación férrea de San Fernando, distante 27
kilómetros. Allí lo adquieren nuevos intermediarios, o los
primitivos y la facturan para los mercados del interior. Utilízanse
algunos camiones automóviles, pero resultan costosos por los
deterioros y averías y por el sueldo que exigen los chofer. El
ferrocarril, no sólo fomentaría la riqueza general, inexplorada en
su totalidad, de esta región, sino que llevaría la pesca, con
facilidad, a todos los mercados, aprovechándose así, como debe
aprovecharse, la riqueza pesquera, que algunas veces se queda en la
playa, o en el mar, por falta de medios de transporte. Así ha
sucedido [5]
y
viene sucediendo todos los años.
[Fotografía no integrada en el artículo original, ha sido añadida,
a modo de <ambientación>, por el transcriptor] Vista
de San Fernando a la bajada del puente de Suazo, 1893. En primer
plano las piedras al borde del camino, las dos columnas de unas
antiguas puertas; la caseta del consumo o fielato, las BESTIAS DE
CARGA, EL CARROMATO, que cansino se dirige hacia la calle Real [o tal
vez, cargado de pescado de Conil, se dirigía a la estación de
ferrocarril]. Fuente: “fotografiaquijano punto es”.
F.-
Exposición de la
forma en que considere podría ser más fácilmente este proyecto:
El proyecto de ferrocarril, que es el mejor medio de aprovechar la
pesca de este litoral, podría realizarse de manera relativamente
sencilla y hacedera. Existe un proyecto de ferrocarril estratégico
que, realizándose por aquí, por la costa, como su nombre indica,
resolvería ese problema. Sería un positivo resurgir de Chiclana,
Conil, Barbate [6],
Vejer,
Tarifa y hasta el mismo Algeciras. En caso de no poderse verificar
por parte del Gobierno, podría disponerse que los ayuntamientos
interesados dedicaran sus bienes de propios a la construcción,
subvencionándolos el Estado. Sería un positivo y eficaz ingreso
para dichos municipios, y para el Tesoro, pues los rendimientos de
esa línea férrea serían pingües y segurísimos.
G.-
Ofrecimientos
recibidos de envíos de pescado, de otras asociaciones de pescadores
o de pescadores no asociados:
Ninguno: nadie ha ofrecido pesca a este Pósito. Por el contrario,
San Fernando la interesó una vez, aunque en condiciones
inadmisibles.
[7]
[Fotografía
no integrada en el artículo original, ha sido añadida, a modo de
<ambientación>, por el transcriptor] Estación
de ferrocarril, probablemente a principios del siglo XX. Fuente:
“postalesyfotosantiguasdesevilla.blogspot punto com”.
H.-
Malestar si se
estaría conforme con que las ganancias que produjera la supresión
de intermediarios serían aplicados, por mitad, a aumentar las
ganancias del pescador y a abaratar el precio a que el consumidor
quiere aquél:
En caso de que pudieran desaparecer los intermediarios, y pudiera
determinarse esa diferencia, conformísimos. Precisamente el ideal
del pescador es ese: OBTENER
LA PESCA, PRECISAMENTE POR CUENTA DE LA ASOCIACIÓN, Y QUE ÉSTA LA
VENDIERA AL PÚBLICO.
Eso, sí. A ello tendió el proyecto de este Pósito, de adquirir un
camión automóvil, para transportar pesca por su cuenta a los
mercados cercanos, cosa que esa Caja conoce [8],
por
habérsele remitido certificado del acuerdo, y que no pudo realizar
por carecer de fondos.»
[Fotografía
no integrada en el artículo original, ha sido añadida, a modo de
<ambientación>, por el transcriptor] Los
pescadores preparan la jábega, hacia 1963. Foto Juan Capacha,
John Richard
Adelmann.
Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 126, 2004.
Notas:
[1]
La Caja Central de Crédito Marítimo, CCCM, fue creada por el
Gobierno en 1919. Concedía subvenciones a los Pósitos, a condición
de cumplir ciertos requisitos. En 1920 el Pósito de Conil, PPC,
pidió créditos para adquirir un camión, para evitar
intermediarios, y dos embarcaciones de “faro submarino”, y en
1921-22 para ampliar su sede social de la Puerta de Cádiz, pero les
fueron denegados, lo que originó tensiones con la CCCM, de las que
sólo se obtendrá ayuda para las Enseñanzas.
[2]
Lavadera = Canasta de
unos 30 kilogramos de peso.
[3]
Desde
1921 el Pósito recibió ayudas de la CCCM para la Enseñanza general
y profesional. Durante la década de los veinte la subvención de
Marina fue el capítulo más importante de los ingresos del Pósito,
algo más de 2.500 pesetas anuales de promedio [15,03 euros].
[4]
La
importancia de la ARRIERÍA en Conil está documentada desde el siglo
XVIII. Los productos de la pesca eran una parte importante de este
tráfico, y así seguí siendo en el primer tercio del siglo XX.
[5]
El
Ayudante de Marina del distrito de Conil-Vejer ya señala este
problema en 1847: “pesca
abundante y faltan medios para aprovecharla”.
Ver SANTOS
GARCÍA, A.
(2.002): “La pesca en la provincia de Cádiz a mediados del siglo
XIX: el distrito de Vejer y Conil”, en Boletín Nº8 de la Sociedad
Vejeriega de Amigos del País.
[6]
El
pujante Barbate de fines de los años 20 no tenía ya este problema:
aparte de una numerosa y modernizada flota, había ya 28 fábricas de
conservas y salazones, 50 camiones e infinidad de carros y calesas
para el transporte de la pesca. En pocos años, Barbate se había
puesto a la cabeza de los puertos pesqueros de Andalucía. CARRERAS
EGAÑA, A.
(1.988): Barbate, Diputación de Cádiz, pp.150-151, y los intereses
industriales dominantes no esperaban nada de un ferrocarril que nunca
llegaría a construirse.
[7]
Hay
referencia en las Actas de 1919 y 1920 al enfado con el Pósito de
San Fernando.
[8]
La
CCCM puso condiciones inadmisibles al préstamo, lo que creó
tensiones entre el Pósito y Marina (cf. nota 2).
Fuente:
Boletín “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de
Conil), núm. 4,
pp. 46-51,
agosto
2004.
[CONTINUARÁ
el próximo 3 de julio]