CORTIJOS
DE CASTAÑUELA Y MOJINETE
El
cortijo de castañuela representa una evolución de la choza
tradicional. Como élla, presenta planta rectangular y techo a dos
aguas. La principal novedad consiste en sustituir las “muletas”
por un muro de mampostería realizado con piedra y barro que se
enluce con diversas capas de cal por fuera y por dentro. Las
costillas descansan ahora embutidas en el muro y se unen directamente
al palo cumbrero, al no ser necesarios los “peones”. Puede
disponer de una o dos puertas y de una ventana. La cubrición se
realiza de la misma manera que la choza.

Un cortijo, hacia 1970. Colección particular Martín Caro.
“Conil en la Memoria”, p. 104, 2004.

Con el cortijo como fondo. Todos mirando a la cámara, hacia 1960.
Colección particular Antonio Brenes. “Conil en la Memoria”,
p. 105, 2004.
Una
evolución del cortijo de castañuela es el cortijo de mojinete, o
cortijo a secas. Comparado con la choza, se trata de una edificación
relativamente reciente, posiblemente de mediados del s. XIX o
principios del s. XX. Lo mismo que la choza, posee planta rectangular
y cubierta a dos aguas, pero representa un avance en cuanto a la
estabilidad del edificio, dado que los dos muros menores se levantan
hasta la cubierta a dos aguas. En este tipo de edificación no sólo
las “costillas” van embutidas en el muro, también el palo
cumbrero va embutido en los muros laterales, lo que le da a la
construcción una mayor solidez. Los huecos o vanos suelen ser, como
en el caso del “cortijo”, una o dos puertas y una ventana. La
cubierta se “echa” como la de la choza. Si
hasta los años sesenta del s. XX los cortijos eran muy abundantes en
Conil y la comarca de La Janda, en la actualidad comienza a ser una
arquitectura en proceso de desaparición. No obstante, hay una
tendencia, ajena a los usos tradicionales agropecuarios, que está
favoreciendo la construcción de este tipo de edificaciones para
ocio, bar o restaurante. No existe, que se conozca, ninguna figura de
protección de estas edificaciones primitivas.

Pozo, pila y cortijo, hacia 1969. Colección particular Martín
Caro. “Conil en la Memoria”, p. 106, 2004.

Vista de un cortijo, hacia 1967. Colección particular Martín
Caro. “Conil en la Memoria”, p. 110, 2004.

Un hogar tradicional en el campo de Conil, hacia 1962. Foto Juan
“Capacha”. “Conil en la Memoria”, p. 111, 2004.

José Alba y Gertrudis Sánchez, hacia 1965, delante
del cortijo donde vivían en “Los Algarrobillos”. Colección
particular Rosario de Alba. “Conil en la Memoria II”, p.
139, 2007.
Fuente:
“PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor:
ANTONIO SANTOS GARCÍA;
Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO
MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE;
Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007.