Para contrarrestar el avance de los sindicatos de clase en el campo, la jerarquía católica impulsó la creación, en 1917, de la Confederación Nacional Católico-Agraria (CNCA), con la intención de modernizar el sector mediante innovaciones tecnológicas, concesiones de créditos, compras en común, formación profesional,… protegiendo la propiedad y promoviendo el catolicismo social. En Andalucía no tuvo una fuerte implantación, y en la reseña de hoy vemos los intentos que se hicieron en CONIL, a cargo de tres propagandistas llegados de Madrid. A estos promotores o divulgadores se les llegó a denominar en algunos ámbitos como “apóstoles”, ya que eran portadores de una “buena nueva”. Un trabajo en el Archivo Municipal podría dar con el recorrido que tuvo aquí esta asociación.
Fuente: “LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA”, del sábado 18 de enero de 1919.
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