El profesor Anthony P. Andrews, nos sigue deleitando con su magnífico estudio:
“Es evidente que los españoles intentaron mantener funcionando el puerto, ya que se reporta en las Relaciones de 1579 que existía un camino real entre CONIL y Chancenote, y el Catálogo de Iglesias de 1582 incluye una visita en CONIL, que dependía del convento de Chancenote.
Mapa de Yucatán, Joannes de Laet (1581-1649), publicado en 1625, “Nieuve wereldt ofte Beschrijvinghe van West-Indien”. Fue una de las publicaciones cartográficas del continente americano más destacadas del siglo XVII. Su obra está basada en una serie de fuentes impresas, así como de manuscritos de navegantes. Los mapas fueron dibujados por Hessel Gerritsz, y fueron considerados en su época, los más detallados (Fuente: yucatanancestral punto com, 07/11/2017).
Detalle del mapa anterior, para apreciar mejor la localización de Conil y sus alrededores.
Una de las razones que posiblemente haya motivado a las autoridades a mantener el puerto fue la explotación del palo de tinte, un importante producto de esta zona. En un reporte de 1577 se incluyó CONIL entre los principales lugares productores de la península; el colorante, que se sacaba de los humedales al costado sur de la Bahía de CONIL, era recolectado en CONIL y embarcado para Campeche, de donde salía para Veracruz, Habana y Europa.
Ilustración de la flor de la planta del tinte, subida 10 marzo 2006. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
El palo de Tinte se cultivó en “tintales” cerca de las costas de Yucatán. Fuente: “meridadeyucatan punto com”.
La presencia española en Conil también tenía valor estratégico y militar, ya que la zona de Cabo Catoche era una de las áreas más remotas de la península, en donde convivían indios “paganos” huidos de los españoles, junto con ingleses que explotaban el palo de tinte. CONIL ofrecía un puesto para vigilar estas actividades. Los ingleses comenzaron a frecuentar las costas e islas del noroeste y oriente de la península a fines del siglo XVI, y mantuvieron una fuerte presencia a través de la mayor parte del siglo XVII. Los poblados costeros de la zona fueron además asediados por piratas, y las autoridades tuvieron en varias ocasiones que enviar a partidas militares a defender la zona, desalojar a los ingleses y reducir a los indios refugiados.
Evidentemente el interés en mantener una presencia oficial en la costa oriental de la península decayó, y la mayoría de los poblados fueron eventualmente abandonados hacia mediados del siglo XVII. No sabemos con exactitud cuándo fue abandonado CONIL, aunque es probable que ocurriese entre 1624 y 1674.
“Buccaneer of the Caribbean”, del Book of Pirates, por Howard Pyle. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
En dos documentos se reporta que en 1624 fue nombrado Bernardo Martínez de Andrada <capitán a guerra> de la zona costera entre El Cuyo y Bahía de Espíritu Santo, incluyendo las <vocas de CONIL>; entre sus responsabilidades estaba obtener información sobre las actividades e intenciones de los corsarios que operaban en la zona. A juzgar por los documentos, las autoridades aún controlaban el área de El Cuyo, CONIL y Cabo Catoche para estas fechas. 50 años más tarde, en otro documento se reporta que una gran parte de esta zona costera – incluyendo la zona de la Bahía de CONIL – estaba poblada por corsarios europeos dedicados al corte del palo de tinte y otras actividades comerciales. No se conoce ningura referencia documental sobre CONIL en la segunda mitad del siglo XVII, por lo cual se deduce que estaba abandonado para esas fechas. … CONIL estaba abandonado en el siglo XVIII.
A juzgar por los datos históricos, la zona de la bahía de CONIL vio muy poca actividad durante la segunda mitad del siglo XVII y la mayor parte del siglo XVIII. Indudablemente hicieron de las suyas refugiados indígenas, piratas y contrabandistas, pero las noticias que tenemos de ellos son muy escasas.
CONTINUARÁ ...
Fuente: “EL ANTIGUO PUERTO MAYA DE CONIL”, Anthony P. Andrews, New College de la Universidad de South Florida (aportado por gentileza de Manuel Cortés). Revista “Estudios de Cultura Maya”, Vol. XXII, 2002, pp. 137- 149. Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario