Me gustaría con esta iniciativa, hacer lo mismo pero reducido a nuestro ámbito local, es decir, recopilar en la medida de lo posible todos los cuentos que todavía permanecen en nuestra memoria, como añoranza de la niñez, cuando nuestras madres y sobre todo nuestros abuelos nos contaban esas fantásticas historias, mitad realidad, mitad leyenda y fantasía. Son los cuentos que, una vez transcritos en estas entradas, quien sabe si aumentamos su probabilidad de pervivencia.
Maxime Chevalier, catedrático de la Universidad de Burdeos Francia) decía: “… ¿Cuánto tiempo se ha de mantener viva esta tradición? Nadie se atreverá a protestar en materia tan delicada. Cualquiera que sea nuestro pronóstico, parece prudente recoger lo que existe y, dentro de lo posible, imprimirlo. Así estaremos seguros de que llegue intacto a las generaciones venideras tesoro tan válido como deleznable.”
“LOS COMPADRES DE LAS HABICHUELAS”
Eso eran dos compadres y habían ido los dos a vender habichuelas cada uno con su burra. Y fueron por ahí y uno no vendió nada y elo otro sí. Y el que no las vendió no sabía lo que iba a hacer. Desesperado el pobrecito, dice:
-¡Me cago en diez!, yo voy a coger por ahí derecho y si hay un pozo me voy a tirar. Yo no corto ni al lado ni nada. Y si hay un árbol empiezo a repechar por esta punta y me abajo por la otra. Y yo siempre derecho.
Y ahora le hizo de noche en lo alto un pino, y el otro andaba bregando con las habichuelas. Y el de lo alto el pino aquella noche le hizo noche allí, cuando siente caer un buitre allí. Y él asustado, pero estaba dentro de una rama. Llegó otro buitre y también se puso. Y dice:
-Buenas noches, compadre.
Dice:
-Buenas noches, ¿qué novedades hay?
-Una buena novedad. Que el hijo del rey está muy malo y en su mismo patio tiene la medecina, que eso se lo dijera alguien y le darían dinero para toda su vida. Se pondría rico.
Dice:
-¿Y qué medecina?
-Tiene un limón en el patio del palacio, y en el limón hay una pileta y allí hay ortigas. Y esas ortigas se le cocen y el vapor ese se le da y se pone bueno en un momento. A los cinco minutos.
Y el hombre escuchando. Allí asustado, pero escuchando. De manera que al otro día se fue en busca del palacio y dejo que él lo curaba todo. Y enseguida le dio el permiso. Y lo curó y lo hartaron de dinero.
Bueno, pues a la otra noche al pino otra vez el tío. Se monta en el pino y los mesmos huéspedes que llegaba al pino a quedarse.
-¿Qué, compadre?, ¿qué novedades trae esta noche?
-Una novedad muy buena. Que en el pueblo tal no hay agua y están mueriendo de se, y en la mesma plaza hay un asiento allí con una esquinita. Y allí, a las dos cavadas que den, sale un brotar de agua que llega al cielo. ¡Y ya ve el pueblo! Todo el mundo le regalaría algo, lo pondrían rico.
Y él escuchando. Y fue allí al otro día, al pueblo, y dando vueltas a la plaza. Hasta que le dice un alguacil:
-¿Usted qué? Lo estoy viendo aquí.
Y dice:
-Hombre, que veo que estáis pasando mucha sed teniendo agua aquí mismo. Aquí tenéis toda el agua que queréis, para que os sobre.
Pues dice que avisó al alcalde y a todas las autoridades, y dice:
-Traed un albañil … ¡Ea, pica ahí!
En la hora que se liaron allí a picar dice que el agua corría por aquellas calles, el agua tan buena.
Se liaron y lo pusieron millonario. Y se vino otra vez a Coripe ya rico.
Y estando en Coripe el compadre le dice:
-¡Huy, compadre! ¿Dónde ha hecho usted tanto capital?
Dice:
-Mire usted, yo se lo digo a usted en secreto, pero que no se entere mucha gente.
Y le contó todo lo que le había pasado con pelos y señales.
Entonces le dice el compadre:
-Pues esta noche me voy yo al pino.
Y el compadre de las habichuelas se vino también al pino a quedarse para que le dieran novedad.
Y estando en lo alto el pino aquella noche, llegaron los pajarracos, uno y el otro.
Dice:
-Buenas noches, compadre.
Y dice:
-¿Qué novedades trae?
Y dice:
-Una novedad mala. Miré usted, que lo que yo le dije a usted del hijo del rey lo han hecho, y lo que le dije del agua también lo han hecho. De modo que nos han estado escuchando.
Y le dice el otro:
-Pues entonces antes de dar la novedad vamos a registrar el pino.
De modo que el pobre aquel de Coripe pegó un espaldarazo por allí debajo y se liaron con él.
Y ya se acabó el cuento.
ANTECEDENTES:
* Grabamos esta narración a Antonio González, de Puerto Serrano, en los meses de verano de 1988.
* Hasta ahora este cuento es inédito en Andalucía, aunque nosotros tenemos otra narración del mismo tipo de Villamartín.
* Hay versiones publicadas catalanas, mallorquinas y vascas. También una asturiana, una salmantina y otra extremeña.
* Respecto a países de nuestro entorno hay muchas versiones portuguesas y algunas hispanoamericanas.
* Por otra parte, se encuentra en la literatura budista china, en la indostánica y en la hebrea anteriores al siglo IX después de Cristo, como señala Smith Thompson en su libro “El cuento floklórico”.
* Tiene gran popularidad en Europa y Asia (India, Ceilán, Corea, etc.), se conoce en África del Norte y en casi todo el centro de África, y se han recogido variantes americanas tanto de varios pueblos indios, como de los descendientes de los colonizadores franceses.
Fuente: Suplemento de Cultura de “DIARIO DE CÁDIZ”, del 29 de septiembre de 1991; JUAN ANTONIO DEL RÍO CABRERA, introducción de MAXIME CHEVALIER, colaboración MELCHOR PÉREZ, dibujos de ZOCAR.
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