Es relativamente frecuente a lo largo del devenir de CONIL, la ocurrencia de estos incendios en cualquiera de las masas forestales del término, no siendo raro un origen humano de los mismos, mediante la práctica de la quema de rastrojo, o cualquier otra que, tradicionalmente, cuenta con la ayuda del fuego. Antes, no se tenían en cuenta las debidas medidas de prevención, máxime en la temporada final del verano, donde toda la vegetación está seca y responde como un formidable combustible ante la más mínima chispa.
Fuente: “ABC”, del miércoles 10 de septiembre de 1919.
Incendio en el pinar de Roche, en las proximidades de la Cala del Aceite, julio 2006. RC. López.
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