Ya en este capítulo de naufragios se tuvo ocasión de hablar de otra nave con el mismo nombre, siendo aquella un místico con matrícula en Algeciras, que con cargamento de tabaco encalló frente a Conil, consiguiendo salvar la vida el patrón y sus seis tripulantes. Por contra, en esta ocasión no hay un naufragio como tal, sino una protesta de estadías, ya que el patrón reclama por una demora en la descarga de la mercancía, no achacable a su persona.
El falucho (del árabe fulkan, barca), embarcación costera, con una vela latina o triangular; dedicado al cabotaje y a las artes de pesca. Fuente: facebook “Cádiz en postal”, 29 diciembre 2014.
Nota preliminar.- La transcripción se ha realizado respetando la ortografía original, mediante copia fiel y literal, con los rasgos característicos de la época y deshaciendo las abreviaturas para una mejor comprensión del escrito.
Derrota, sin problemas, seguida por el falucho desde Cádiz a Conil. Fuente: Captura de pantalla de Google Maps.
«”Mayo 21. Protesta hecha por el Patrón Francisco de P. Lloret [Papel Sello 9º. 2 Reales. Año de 1865] Número treinta y siete. En la villa de Conil de la Frontera á VEINTE Y UNO DE MAYO DE MIL OCHOCIENTOS SESENTA Y CINCO; ante mi Don José Sanchez y Amar Notario del Colegio del Territorio de la Audiencia de Sevilla, vecino y con residencia en esta villa, y escribano de Marina del Juzgado de la Ayudantia Militar de este Distrito, y testigos que al final se nombrarán, comparece Francisco de Paula Lloret vecino de la Ciudad de Cadiz, y Patron del Falucho San José y Animas de la segunda lista de embarcaciones de la Matricula de Cadiz, al que doy fé conozco, y DIJO: que el dia diez y ocho del presente mes salió del Puerto de Cadiz y en el espresado Falucho con cargo de CUATROCIENTOS CUARENTA Y OCHO QUINTALES1 DE SAL DE LA HACIENDA PUBLICA CON DESTINO AL ALFOLI2 DE ESTA VILLA Y FLETADO POR LOS SEÑORES SOBRINO Y COMPAÑIA, comisionado en la dicha Plaza de Cadiz del Contratista General de conducciones de efectos estancados, con la condicion de que al presentarse en esta costa ó rada, habia de hallarse según la costumbre establecida, persona encargada por los referidos cargadores para entender en la descarga de la sal y su conduccion al Alfoli; pagando los gastos que para ello se ocasionase. Que en la mañana del dia siguiente diez y nueve del corriente mes y hora de las ocho de dia, llegó á dicha rada con su falucho y vino á tierra en busca del encargado para la descarga y no encontrando, se presento al Señor Administrador de Rentas de esta poblacion, quien le manifiesta que la persona que cumple con dicho cargo era vecina de Chiclana, pero que dejaba a un representante, cuyo nombre según quiere recordar es Cristobal Ramirez Sevillano, á quien buscó y habiendole enterado de lo espresado, manifestó que iba á salir para Chiclana á dar cuenta al comisionado para la descarga y á traer sacos y que estaria de vuelta á las blancas del dia de ayer.
Reproducción fotográfica de la primera hoja del documento transcrito. Fuente: Rafael Coca López, en Archivo Histórico Provincial de Cádiz, 10 diciembre 2021.
Que há estado esperando hasta la una de la tarde de este dia, en que formaliza esta protesta, sin que en los tres dias transcurridos haya parecido el comisionado para la descarga de la Sal, por lo que há determinado volveria al Puerto de Cadiz. Y que al mismo tiempo hacia constar, que desde que llegó á esta rada se presento al Señor Don Francisco de Paula Monti Ayudante Militar de Marina de estos Distritos, y sucesivamente le há dado cuenta de lo espresado. Presente el referido Señor Ayudante Militar de Marina, confirma que el Patron Lloret llegó á esta rada con un buque en la mañana del dia diez y nueve del presente mes, donde há permanecido, sin encontrar y sin que se presentase en esta villa el Comisionado para la descarga de la Sal, por la casa de los Señores Sobrino. Y en su consecuencia el Patron compareciente, OTORGA: que protesta en forma de todos los perjuicios que por la demora referida se le hán inferido y puedan sobrevenir á la navegacion y cargamento, á fin de que no se les imputen ni haga cargo, declinandolos en los cargadores y demas personas que los hayan ocasionados; y reservando a su derecho para reclamar de perjuicios. Asi lo dijo, otorga y no firma por asegurar no sabia y lo hace el Señor Ayudante, con los testigos presenciales D. José Sanchez de Rubin y D. Antonio Guerrero: Leida la presente escritura á las partes y testigos y advertidos del derecho que les concede la Ley para hacerlo de por si, del que no usara la ratifica aquella, de todo lo que doy fé.= [Firmas y rúbricas de:] Francisco P. Monti. Como testigo y á nombre del otorgante y no sabe firmar. Antonio Guerrero. Otro testigo Jose Sanchez de Rubin. José Sanchez y Amar.
[En el margen izquierdo de la primera hoja aparece el siguiente apunte:] En el mismo dia del otorgamiento de esta escritura á peticion del otorgante saqué copia de ella en un pliego del sello quinto, doy fé.= Sanchez y Amar.”»
Falucho en el muelle del Zaporito, en San Fernando. Fuente: “Los baños del Zaporito o los baños de Ureña”, Diario de Cádiz, 4 diciembre 2010.
NOTAS:
[1] El quintal era una antigua unidad de masa española, equivalente a 46,0093 kilogramos. Tenía como fracción la arroba, que era la cuarta parte de un quintal, 11,5 kg. Por lo tanto, el falucho llevaba una carga aproximada de unos 41.362 kg. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
[2] El alfolí era, en general, un almacén para almacenar sal, cuando ésta era monopolio real. En Conil se localizaba dentro de la Chanca, en lo que hoy se denomina como nave de la sal. Vemos que la sal llegaba por mar en barcos de cabotaje, como en este caso un falucho, y era una mercancía estancada, hasta el final del monopolio en 1869. Fuente: “museudelescala punto cat”.
Fuente: Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Legajo 169, Conil, Folios 231 y 232; transcripción libre de Rafael Coca López, con la ayuda de los apuntes en las fichas de Antonio Martínez Cordero, localizadas en el Archivo Parroquial de Conil de la Frontera. Agradecimiento: Yelman F. Bustamante Solórzano, párroco de Santa Catalina de Alejandría; y, el Dr. José M.ª Salas Sánchez, navegante en muchos mares.
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