miércoles, 5 de marzo de 2025

“CONIL EN VÍSPERAS DE LA BATALLA DE TRAFALGAR”, 12 de 15. ANTONIO SANTOS GARCÍA, Licenciado en Historia Universidad de Sevilla.

3.2.- Cultura y mentalidades.- Como hombre ilustrado y observador, Rojas toma nota de usos y costumbres, critica vicios y prejuicios, y retrata el carácter de las gentes y hasta su aspecto físico. La RELIGIÓN era en Conil, como en tantos pueblos, un factor decisivo en el modo de entender el mundo y en la conformación de las mentalidades. Dice Rojas que “su superstición es suma. Nadie falta a la Iglesia en el día de fiesta y pasan en ella casi el día entero, las mujeres suelen dar muchos alaridos cuando el Predicador les cuenta la historia menos autenticada”. Los cantos de los niños, e incluso de los mayores, “son casi todos sagrados y abundan en las conversaciones las expresiones religiosas”. La caridad cristiana tenía su manifestación más clara en la beneficencia (Hospicios, Casa de expósitos), capellanías, donaciones y limosnas. De la Virgen de las Virtudes dice que “atrae la devoción de muchos naturales y comarcanos”. 

Retablo de la Virgen de Guadalupe (Ermita de Jesús Nazareno). 

La EDUCACIÓN era deficiente y se limitaba a satisfacer los mínimos rudimentos a los niños e incidir en los temas y cuestiones relacionados con la religión. Había sólo una Escuela de primeras letras con un Maestro y 120 niños, “que costean con su contribución la enseñanza”. No había Escuela para niñas. La enseñanza secundaria era mucho más limitada: un Estudio de Gramática, cuyos estudiantes habían descendido de 15 a 9 al reducirse el número de frailes.

Sobre el CARÁCTER dice Rojas que los naturales –como en todo el Reino de Sevilla- “son sumamente habladores, exageradores, embusteros e inconsiguientes en dichos y hechos; se alaban de haber engañado, sin embargo se dice que son laboriosos y bastante ladrones”. Dice también que los “conileros” son muy dados a la embriaguez, y aunque son gente zafia y haragana, es muy raro el robo a la fuerza.

Sobre las COSTUMBRES señala que en Conil está muy mal visto que un hombre vaya por la calle cargado de espuerta ni otra cosa, aunque sea propia; esta bajeza sólo se permite al vil oficio de posadero. Las mujeres van a comprar a la plaza y los muchachos llevan los mandados o la hierba para las bestias, pues no está bien visto que la lleve un hombre. Es también muy mal visto que se hable a una mujer en la calle, a no ser muy conocida. De las MUJERES dice que son muy holgazanas y enamoradas, y que las hay “sumamente feas y ninguna muy bonita, aunque haya algunas muy tolerables”, viéndose mejores caras entre las niñas de diez años que en las jóvenes de 15-20. Sobre los hombres dice que son en general bien formados y de buena estatura. Se mencionan FIESTAS donde se torea al toro Padre (semental). Sobre los JUEGOS dice que los hombres juegan a veces a los naipes y que los niños juegan mucho al “columpio” (a la comba), saltando con la cuerda. 

Fuente: Boletines “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núms. 5 y 6, 2.005-2.006. 

martes, 4 de marzo de 2025

CONIL DURANTE LA OCUPACIÓN FRANCESA (1810-1812), 11.

De como, el mismo día, 29 de octubre de 1812, en que el Presbítero Diego Camelo hace su declaración ante el Juez Ordinario Biscasillas, es reclamado nuevamente por éste para que detalle la actuación del Corregidor Miguel Mariano Salcedo y el agravio a que sometió a su anciana madre estando él ausente de su casa. 

[Ambientación] Un Dragón y Corneta francés. Anne S.K. Brown Military Collection, Brown University Library. Fuente: “lavanguardia punto com”. 

«NUEVA DECLARACIÓN DEL PRESBÍTERO DON DIEGO CAMELO. En la villa de Conil a veintinueve de octubre de mil ochocientos doce: El Señor Juez de esta causa [Juan Francisco de Biscasillas] hizo comparecer al juzgado por medio de un recado atento, que le pasé yo el Escribano [Antonio Vázquez Jaldón], al Presbítero Don DIEGO CAMELO de esta ciudad, de quien su Merced por ante mí le recibió Juramento que hizo IN VERBO SACERDOTIS TACUN PECTORE [hizo el juramento con la mano en el pecho bajo palabra de sacerdote], bajo el cual prometió decir verdad en lo que supiere y fuere preguntado, que habiéndolo sido al tenor del auto que antecede y demostrándosele la nota del oficio, y haciéndosele las demás preguntas que se juzgaron conveniente para aclarar los hechos DIJO: Que el Don MARIANO de quien habla en la nota [anterior Declaración] y llama Corregidor, es Don MIGUEL MARIANO SALCEDO, que tuvo el tal empleo de Corregidor en esta villa y en el tiempo en que lo ejecutó acaeció el suceso que cita en su nota y extendiendo esta ocurrencia DECLARÓ que estando el testigo en la iglesia el día VEINTITRÉS DE SEPTIEMBRE DE MIL OCHOCIENTOS ONCE, mandó el retenido Corregidor SALCEDO al Ministro Ordinario ya difunto llamado TOMÁS a la casa del declarante y en busca suya para que le exigiese OCHOCIENTOS REALES de contribución con calidad de que no pagándolo en el momento QUEDASE POR APREMIO UN SOLDADO FRANCÉS que llevaba con orden de que SE LE DIESE BIEN DE COMER, y de [que] no rompiese ,echase abajo y quemase cuanto encontrase dentro de la casa: 

[Ambientación] “Los Desastres de la Guerra”, Francisco de Goya y Lucientes; Lámina n.º 16, “Se aprovechan”; Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, 1863, Madrid. Fuente: “commons.wikimedia punto org”. 

Que puestos en ésta el Ministro y el soldado, y no habiendo hallado en ella al Presbítero testigo INTIMARON A SU MADRE que allí estaba, el pago y conminaciones referidas que AFLIGIDA LA ANCIANA SEÑORA por ser de edad de SETENTA Y CINCO AÑOS pasó a la casa de la Junta a suplicar a SALCEDO sobre el exceso del impuesto, y a manifestarle que NO TENÍA CON QUÉ PAGARLO, y no queriendo aliviarla el Corregidor, la Señora le replicó SI SE HABÍA DE AHORCAR PARA PAGAR NO TENIENDO, a lo que contestó SALCEDO que SI FUERA MENESTER TAMBIÉN SE AHORCARÁ.

[Ambientación] “Los Desastres de la Guerra”, Francisco de Goya y Lucientes; Lámina n.º 17, “No están de acuerdo”; Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, 1863, Madrid. Fuente: “commons.wikimedia punto org”. 

Que este suceso lo puso en la nota que ha exhibido el testigo porque así se lo hizo presente su Señora madre cuando volvió a su casa y por el carácter de verdad con que la reconoce se versa y se ha versado, y además porque el Corregidor SALCEDO en el tiempo en que lo fue, y aún siendo teniente Alguacil Mayor se PORTÓ CON IGUAL INIQUIDAD en sus cargos AFLIGIENDO POR TODOS MODOS AL PUEBLO, y lo que es más procurando contristarlo [afligir, acongojar o entristecer] con noticias contra la justa causa valiéndose del medio de obligar al Facultativo Boticario de esta villa Don TOMÁS SÁNCHEZ a que hiciera leer en la tertulia que en su casa se reunía de personas decentes del pueblo y a la cual como tal asistía el declarante todos aquellos papeles y Gacetas francesas que contaban prosperidades ciertas o fingidas como en efecto se leyeron en muchas ocasiones a pesar que el declarante decía que eran PATRAÑAS FRANCESAS, y que debían cortarse las manos a quien las tomaba para leerlas. Que el tal SALCEDO por ningún medio DEJABA DE AGRADAR A LOS FRANCESES, dándole visitas y tertulias en su casa, y aún se dijo de público que había intentado y solicitado ser CORREGIDOR PERPETUO a imitación del que había en Chiclana que tenía la tal perpetuidad, bien que los franceses no quisieron dispensarle la alternativa establecida por cada seis meses.

[Ambientación] Tertulia en la botica, de Vicente Pastor Navarrete (Alicante, 1958). Fuente: Asociación Andaluza de Enfermedades Autoinmunes, AADEA, 11 septiembre 2023. 

Diciendo por fin que en el tiempo que estuvo de Corregidor se decía públicamente que CUANDO ALGUNAS PERSONAS MISERABLES LE IBAN A HACER PRESENTE LOS PERJUICIOS QUE SE LES SEGUÍAN DE LOS APREMIOS QUE LES HABÍA MANDADO LES PREGUNTABA CON MUCHA SOLAPERÍA Y FLEMA QUE QUÉ APREMIO TENÍA. A lo que contestando los pacientes a veces que el de un soldado, replicaba SALCEDO que él no había mandado tal cosa, que le volvían a preguntar ¿pues que ha mandado Usted?, y contestaba a cada uno de por sí, sí yo lo mandé … que dos: Que es cuanto sabe y puede decir en razón de lo que ha sido preguntado y la verdad en cargo de su Juramento, en que se afirma y ratifica leída que le fue esta su declaración no se siga efusión de sangre, que es de la edad de CINCUENTA Y UN AÑOS, y lo firma con su Merced. Doy fe. Firmadas por [Juan Francisco] BISCASILLAS, 12; DIEGO CAMELO y ANTONIO VÁZQUEZ JALDÓN, 12. » 

[Ambientación] “Los Desastres de la Guerra”, Francisco de Goya y Lucientes; Lámina n.º 18, “Enterrar y callar”; Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, 1863, Madrid. Fuente: “commons.wikimedia punto org”. 

Fuente: “Conil durante la ocupación francesa”, Jaime Aragón GómezAna Souto Rodríguez y Jorge Paz Pasamarp. 125 a 127; Excmo. Ayuntamiento de Conil de la Frontera, 2004.  

lunes, 3 de marzo de 2025

¿VOLVIÓ EL PEZ EMPERADOR? (1.884).

De como, deambulando por el infinito mundo de las hemerotecas que internet nos ofrece, aparece una curiosa historia sobre las virtudes proféticas de un raro pez, aparecido una mañana de hace algo más de 140 años, ante los ojos de un paseante conileño en una de sus playas. Su esporádica pesca es relacionada con la ocurrencia de grandes episodios histórico. 

[Ambientación] Pescadores en faena en la playa de la Fontanilla. Fuente: John Richard Adelmann, Juan Capacha

¡EN GUARDIA, PUES! <El Independiente> de anoche publica en su primer fondo la carta que a continuación transcribimos, y cuyo contenido es digno de tomarse en cuenta por los actuales gobernantes y por el país entero. Dice así:

«CONIL, 19 de octubre de 1884. Señor Director de <EL INDEPENDIENTE>:

Muy señor mío: Le ruego me dispense si me permito molestarle con esta líneas; pero es el caso, que no puedo resistir a la tentación de poner en su conocimiento un hecho que me ha impresionado muchísimo por lo que pudiera significar.

Ayer, como otros días, fui a dar un paseo por la playa, con objeto de contemplar el bonito panorama que ofrece la VUELTA DE LOS PESCADORES. Ésta comenzó a verificarse, y hube de notar que uno de los hijos de los mares era rodeado por la gente, y que hasta los mismos pescadores se dirigían a él, haciendo grandes demostraciones de admiración. Seguí primeramente con la vista aquellas oleadas de carne humana, y después, instintivamente, fuíme acercando al grupo, hasta formar parte de él. 

Imagen de pez emperador. Fuente: “delfinultracongelados punto es”. 

Entonces pude admirar lo que todos admiraban: UN PEZ, para mí completamente desconocido, que medía de largo cerca de dos metros y unos setenta centímetros en su mayor diámetro. Sus escamas eran tan brillantes, y los colores que ostentaba tan puros y tan limpios como variados, haciendo todos juntos un efecto sorprendente. A estas cualidades y condiciones, debe sin duda el nombre que lleva y que según me dijeron es el de PEZ EMPERADOR [1].

Cada uno de los espectadores decía una cosa, contaba una historia, refería un cuento, y todo alusivo al PEZ EMPERADOR. En esto llegó un anciano, y mirando al pescado dijo entre pena y alegría:

-¡Qué suceso nos anunciará!

Le interrogué y me respondió:

-A principios del año de 1808, y siendo yo muy niño, mi padre moribundo me llamó y me dijo: -He oído que se ha presentado en la playa un PEZ EMPERADOR: vivid prevenidos, porque algún suceso muy memorable nos espera. Ya no me acordaba, -siguió el anciano,- de aquel vaticinio, cuando tuvo lugar el comienzo de la guerra de la Independencia, brillante página de nuestra historia.

Así, y por orden cronológico, el anciano siguió relatando sucesos que fueron precedidos de la aparición del PEZ EMPERADOR, hasta llegar a 1868, en que por el mes de junio, también contemplaron estos sencillos pescadores el jerárquico pez, y cuya presencia fue el anuncio de la revolución de septiembre.

[Ambientación] Sebastián Leal “Cascales”, hacia 1964, después del lance posa con sardinas en el salavar. Foto Juan “Capacha”. Fuente: “Conil en la Memoria”, p. 124, 2004. 

Siendo estas las causas en que el anciano fundó sus vaticinios, ¡quiera Dios que se equivoque!

Por mi parte creo, señor director, que si el ambicioso gobierno con su nigromántico [2] PIDAL [3] no cede el puesto a los conservadores puros, podrá tener fatalmente lugar el vaticinio del anciano.

Queda de Vd. afectísimo S[seguro] S[ervidor] Q[ue] B[esa] S[us] M[anos].- FRANCISCO BRICEÑO [4].» 

Reproducción escaneada del recorte periodístico aquí transcrito. Fuente: LA MARINA: diario liberal”, Madrid, año III, núm. 182, jueves 23 de octubre de 1884. Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España, BNE. 

Notas: [1] Pez emperador (Luvarus imperialis).- Pertenece a la familia Luvaridae de la orden Perciforme, la misma que la del pez espada, con quien comparte mucha similitud en filete, aunque mucho más difícil de encontrar en los mercados por su escasa pesca. Prácticamente se encuentra en casi todos los mares, a una profundidad de 300 metros. Su longitud máxima es de 1,8 metros, y generalmente no supera los 100 kilogramos. Su alimentación es a base de organismos planctónicos, así como larvas de peces. Se trata de una especie epipelágica, que no suele dejarse ver por zonas costeras. Fuente: Jesús Rojas, 10 noviembre 2022, “directoalpaladar punto com”. // [2] Nigromántico.- Persona que adivina por evocación de los muertos. Fuente: Real Academia Española, RAE. // [3] Alejandro Pidal y Mon (Madrid, 26 agosto 1846 – Madrid, 19 octubre 1913).- Fue un político y académico español, ministro de Fomento en 1884 [cuando es mencionado por Francisco Briceño en su carta] en un gobierno de Cánovas del Castillo, miembro y director de la Real Academia Española, numerario de la Real Academia de la Historia, presidente del Congreso de los Diputados y embajador de España ante la Santa Sede. Fue uno de los mas ardientes defensores de la llamada <unidad católica de España>. En 1881 había fundado el partido Unión Católica. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre. // [4] Francisco Briceño Ramírez (Conil, 1 septiembre 1857 – Conil, 14 julio 1930), junto con sus hermanos José y Luis, tuvieron una activa vida social en la Villa de Conil durante los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, siendo aquel concejal de los Ayuntamientos constituidos desde 1915, con Antonio Ureba Muñoz como alcalde, hasta octubre de 1923, con el golpe de Estado del general Primo de Rivera; también en estos últimos años coincidió con José como Secretario de la Corporación. Sus padres fueron Luis Briceño Campos, oriundo de Teba (Málaga), Guardia Civil, y, Francisca Ramírez de Alba, natural y vecina de Conil, donde casaron el 23 de octubre de 1854, precisamente, treinta años antes de la publicación de la carta al director que se transcribe hoy.

[Ambientación] Panorámica de la playa de Los Bateles, quizás lugar del paseo de Francisco Briceño. Fuente: John Richard Adelmann, Juan Capacha

Fuente: “LA MARINA: diario liberal”, Madrid, año III, núm. 182, jueves 23 de octubre de 1884. Hemeroteca Digital, Biblioteca Nacional de España, BNE. 

domingo, 2 de marzo de 2025

EN UNO DE LOS RINCONES DEL ARCHIVO PARROQUIAL DE CONIL: PUERTORIQUEÑO AHOGADO (1.816).

De como, a falta de transcurrir más de ochenta años para integrarse la isla caribeña de Puerto Rico, bajo la influencia de los Estados Unidos de América, en el dramático año de 1898, un “español” de aquellas tierras, casado con una natural de Grazalema, ambos entonces vecinos de Conil, desconociéndose sus rumbos vitales, encuentra aquí la muerte por ahogamiento. Por la fecha, próxima al inicio del verano, y quizás con las temperaturas algo elevadas, es probable que el fallecimiento ocurriera en la playa.

[Ambientación] Una escena en una calle de San Juan de Puerto Rico (la fotografía debe ser del primer tercio del siglo XX). Fuente: “Historia de Puerto Rico”, “proyectosalonhogar punto com”. 

«”MANUEL CORTES.- En Conil a 8 de Junio de mil ochocientos diez y seis se enterró en el Campo Santo de esta Parroquial con oficio comun MANUEL CORTES natural de PUERTO RICO y vesino de esta Villa, de edad de quarenta años, marido que fué de MARIA RUIS natural de GRAZALEMA, no textó ni recibió los Santos Sacramentos por haber MUERTO AHOGADO, y lo firmé = El Theniente de Cura Pedro Moreno y Amar.”» 

Reproducción fotográfica del asiento de defunción. Archivo Parroquial Santa Catalina, Rafael Coca López, 3 septiembre 2021. 

Fuente: Archivo Parroquial Santa Catalina. Libro de Defunciones 6 (1802-1829), fecha: junio 1816transcripción literal de Rafael Coca Lópezgracias a las anotaciones de Antonio Martínez Cordero, plasmadas en las numerosas fichas depositadas en dicho ArchivoAgradecimiento: Yelman Francisco Bustamante Solórzano, párroco de Conil de la Frontera.  

sábado, 1 de marzo de 2025

HISTORIAS DE LUIS BRICEÑO, 10.

ONOMÁSTICA IMPENSADA.

Cuando la señora, impaciente ya con la tardanza de su esposo, sintió los pasos del mismo, cuyo sonido le era tan conocido, suspiró de satisfacción y salió, ansiosa, a recibirlo. Mas notando cómo iba de barro y que llegaba sudoroso y fatigado, se llevó instintivamente la mano hasta muy cerca de la sien derecha, y le dijo, medio riendo, medio en serio y un tanto inquieta:

-¡Huy, cómo vienes, querido! … Pero, hombre, ¿qué es eso? … ¿Dónde te has metido? … ¿Qué te ha pasado? … ¡Si parece, enteramente, que hubieras estado de despesca! … ¡Cuanto barro! … ¡Y sudoroso! … ¡Y cansado! …

Él, malhumorado y dudando entre sonreir, como siempre, o estallar, como nunca, bastante nervioso, pasó a su gabinete, donde comenzó a desnudarse, mandando preparar un baño templado.

Ella insistía, amable y optimista, casi riendo:

-Pero, hombre, habla. Hablando se desahoga uno. Vamos a ver, cuenta, ¿qué te ha pasado?

[Ambientación] Vista de Conil en los años 20-30 del siglo pasado, con el río Salado discurriendo por delante de la población, separándola de la playa y que estaba al albur de las mareas, según nuestro protagonista pudo comprobar. Fuente: Colección particular Scard Bermos, Juan Bermúdez

Él, luego de reflexionar unos instantes, habló, por fin, en son de desahogo íntimo:

-Pues nada. El señor cura párroco, famoso, me ha puesto en ridículo.

-¿El señor cura, dices! … Ese buen señor que nos han presentado como casi paisano, tan correcto, tan formal, tan amable, tan simpático, tan bondadoso, tan respetable …

-Sí, querida. Todo lo bueno y lo respetable que quieras, pero lo que es particularmente vale la pena de corresponderle debidamente.

-Pero, ¿qué estás diciendo? ¿Venganzas para con un señor sacerdote tan austero y de tal representación? Tú estás nervioso, hombre. Yo no te entiendo.

-Pues escucha y me entenderás. Cuando esta mañana pasaba yo por delante de la iglesia parroquial -prosiguió el esposo- salía el señor cura párroco que, luego de saludarme con toda afabilidad, me invitó a dar un paseo, aprovechando las excelencias del tiempo y de la temperatura, deliciosos por cierto. Nos dirigimos insensiblemente hacia la incomparable playa de la población, la más extensa, la más hermosa, la más limpia de todas las que conozco. La marea estaba muy baja y pasamos el Salado a pie seco, sin ninguna dificultad. Luego nos dirigimos hacia la orilla del mar, sugestivamente bello y sereno, como un lago inmenso. Allí me habló del naufragio de una goleta, cuyo maderamen se dibujaba en la superficie arenosa … Su palabra elocuente, pintoresca y cautivadora, se deslizaba amena, suave, sencilla, consumiendo el tiempo, que pasaba veloz, sin darnos cuenta de ello. De pronto se apercibió el señor cura de que la marea crecía, y de que crecía amenazando con no dejarnos repasar el río en muchas horas. Volvimos a desandar lo anteriormente andado, algo precipitados. En el corto trayecto que nos separaba de la pasada del Salado, que utilizamos antes, a pie, me habló de la celebración del Santo de su madre, especialmente por la tarde, invitándonos a la reunión que tenía convocada en casa, para celebrarlo …

[Ambientación] Otra panorámica de Conil, pero en 1973. Fuente: Colección particular Scard Bermos, Juan Bermúdez

Inmediato a la pasada del riachuelo -continuó el esposo relatante- había un pescador de tarraya o esparabel. Lo llamó y acudió, solícito, a pasarnos el río, en sus lomos. Como era lógico y primordial deber de cortesía, pasó él primero. El río se había extendido, y aunque la profundidad no era mucha, había mucho que andar. Pasaron, por fin, y desde allá lejos, en la orilla opuesta, hicieron unas señas, que no entendí, y se marcharon hacia la población, repitiendo alguna que otra vez las señas para mí ininteligibles. Entonces, como mejor medida, adopté la de seguir la orilla ascendente del riachuelo, hasta dar con la carretera, por la que atravesé, viniéndome desde allá lejos directamente a casa. Ha sido una caminata larga y pesada, tan pesada como la broma de ese señor, que se ha tomado una confianza excesiva y prematura.

-Por Dios, marido -arguyó la esposa, luego de escuchar con toda atención el largo discurso del cónyuge-. No tomes las cosas por el peor de sus aspectos. Esas señas que no has entendido, serían, sin duda, explicación de imposibilidades, excusas de algo imprevisto que no debemos prejuzgar.

-O justificaciones de su chanza; de una acción ejecutada a sabiendas, para ponerme en ridículo y reirse, luego, a mi costa.

-No seas mal intencionado, hombre. ¿Por qué pensar mal de un señor de tan buena fama?

-Fama de burlador, que todo se va sabiendo; de recreador del ingenio propio y del ajeno.

-¡Hombre, por Dios que te escucha …!

-O que le escucha a él para demostración de su fino ingenio …

-¡Jesús, María y José! Eres atrozmente severo en tus juicios. Ese concepto es durísimo. Para mí llega a la categoría de blasfemia …

-Soy como Dios me ha criado.

[Ambientación] Restos de la goleta, quizás los mismos que se mencionan en esta narración. Fuente: Facebook Isabel Sánchez Canto, 7 septiembre 2020. 

Bien. Dios te perdone, como yo te perdono en nombre de Él y del acusado ausente.

Pasó el diálogo conyugal, como pasó, algo después, el mal humor y nerviosismo del esposo.

Llegada la tarde y con ella la serenidad de ánimo y la hora de la invitación, se presentó el matrimonio en la casa del señor cura párroco, donde le recibió la madre del mismo, con toda la delicadeza exquisita y cortesía de la educación más refinada.

Estaban solos y se habló de todo, ibcluso de la broma de por la mañana, sacada a colación precisamente por la victima. La madre excusó, como era natural, aquella ligereza, quizá travesura, muy propia del genio vivo y agudo de su hijo, que tal vez tuviera razones justificadas de su proceder …

El visitante, alentado por la sinceridad y exquisita corrección de la visitada, quiso poner punto final al asunto, con la siguiente manifestación:

-Yo, señora, soy claro y sincero. Esta mañana, la verdad, no sabía qué alcance dar a la acción referida. Desde luego, tratándose de quien se trataba, no le hubiese dado importancia, porque a esas cosas, o hay que darle mucha, toda la que tengan, o ninguna. Finalmente he optado por este último, y la prueba concluyente de ello es que, olvidándolo todo; más bien, dándolo como no sucedido, hemos acudido, accediendo a la invitación que su hijo nos hiciera, a felicitarla en su fiesta onomástica, pasando con usted este ratito, que nos va resultando tan grato como agradable.

[Ambientación] Pescador haciendo uso de la atarraya o esparavel, Fuente: Antonio Leal, 8 octubre 2019. 

La madre, que era tan chuscona como el hijo; pero que, oliéndose la partida, trató de disimular, prorrumpiendo:

-¡Y es verdad! … ¡Se me había olvidado! … Mi nombre es María Josefa, aunque no se me conoce más que por Josefa, y en San José es cuando recibo las invitaciones y las visitas, obligándome ello a celebrar dos onomásticas, la de San José y la de hoy, que es el Dulce Nombre de María. Dispensen un momento: voy a dar las órdenes de que traigan pastas y licores.

Cuya orden pudo darla sin moverse de donde estaba; pero tuvo que ausentarse un rato para dar desahogo a los arrechuchos de risa que no podía contener, pensando en las chuscadas de su hijo. 

Fuente: “AMAPOLAS Y JARAMAGOS: cuentos, anécdotas, narraciones y chascarrillos”, por Luis Briceño Ramírez, p.p. 25-28. Primera edición, Gráficas Morales, Jaén, 1.940. 



“CONIL EN VÍSPERAS DE LA BATALLA DE TRAFALGAR”, 12 de 15. ANTONIO SANTOS GARCÍA, Licenciado en Historia Universidad de Sevilla.

3.2.- Cultura y mentalidades .- Como hombre ilustrado y observador, Rojas toma nota de usos y costumbres, critica vicios y prejuicios, y r...