3.2.- Cultura y mentalidades.- Como hombre ilustrado y observador, Rojas toma nota de usos y costumbres, critica vicios y prejuicios, y retrata el carácter de las gentes y hasta su aspecto físico. La RELIGIÓN era en Conil, como en tantos pueblos, un factor decisivo en el modo de entender el mundo y en la conformación de las mentalidades. Dice Rojas que “su superstición es suma. Nadie falta a la Iglesia en el día de fiesta y pasan en ella casi el día entero, las mujeres suelen dar muchos alaridos cuando el Predicador les cuenta la historia menos autenticada”. Los cantos de los niños, e incluso de los mayores, “son casi todos sagrados y abundan en las conversaciones las expresiones religiosas”. La caridad cristiana tenía su manifestación más clara en la beneficencia (Hospicios, Casa de expósitos), capellanías, donaciones y limosnas. De la Virgen de las Virtudes dice que “atrae la devoción de muchos naturales y comarcanos”.
Retablo de la Virgen de Guadalupe (Ermita de Jesús Nazareno).
La EDUCACIÓN era deficiente y se limitaba a satisfacer los mínimos rudimentos a los niños e incidir en los temas y cuestiones relacionados con la religión. Había sólo una Escuela de primeras letras con un Maestro y 120 niños, “que costean con su contribución la enseñanza”. No había Escuela para niñas. La enseñanza secundaria era mucho más limitada: un Estudio de Gramática, cuyos estudiantes habían descendido de 15 a 9 al reducirse el número de frailes.
Sobre el CARÁCTER dice Rojas que los naturales –como en todo el Reino de Sevilla- “son sumamente habladores, exageradores, embusteros e inconsiguientes en dichos y hechos; se alaban de haber engañado, sin embargo se dice que son laboriosos y bastante ladrones”. Dice también que los “conileros” son muy dados a la embriaguez, y aunque son gente zafia y haragana, es muy raro el robo a la fuerza.
Sobre las COSTUMBRES señala que en Conil está muy mal visto que un hombre vaya por la calle cargado de espuerta ni otra cosa, aunque sea propia; esta bajeza sólo se permite al vil oficio de posadero. Las mujeres van a comprar a la plaza y los muchachos llevan los mandados o la hierba para las bestias, pues no está bien visto que la lleve un hombre. Es también muy mal visto que se hable a una mujer en la calle, a no ser muy conocida. De las MUJERES dice que son muy holgazanas y enamoradas, y que las hay “sumamente feas y ninguna muy bonita, aunque haya algunas muy tolerables”, viéndose mejores caras entre las niñas de diez años que en las jóvenes de 15-20. Sobre los hombres dice que son en general bien formados y de buena estatura. Se mencionan FIESTAS donde se torea al toro Padre (semental). Sobre los JUEGOS dice que los hombres juegan a veces a los naipes y que los niños juegan mucho al “columpio” (a la comba), saltando con la cuerda.
Fuente: Boletines “LA LAJA” (Amigos del Patrimonio Natural y Cultural de Conil), núms. 5 y 6, 2.005-2.006.
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