Hubo un tiempo, ya lejano y felizmente superado, que en CONIL cuando caían dos gotas de agua o soplaba algo más fuerte el viento, el suministro de electricidad se suspendía. Eran los tradicionales "cortes". En las tiendas del barrio se adquirían fácilmente las velas de cera para estos imponderables. En esta ocasión, dice la noticia, que como consecuencia de un temporal, llevábamos dos días sin "luz".
Fuente: "ABC", del lunes 7 de enero de 1985.
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