Retrato del Padre Caro, Fotografía
Quijano, San Fernando, 1925. Cedida por Juan Pérez
González.
Se
transcribe, literalmente, el punto séptimo del acta de la sesión
ordinaria del Ilustre Ayuntamiento de Conil, de fecha 19 de octubre
de 1891, donde se adopta el acuerdo de nominar una calle del pueblo
como “Padre Caro”; lo curioso del caso es que tal decisión se
debió a la instancia de cuatro seminaristas conileños dirigida a
las autoridades municipales:
«
“SESIÓN ORDINARIA DE SEGUNDA CITACIÓN, CELEBRADA POR EL ILUSTRE
AYUNTAMIENTO EL DÍA DIECINUEVE DE OCTUBRE DE MIL OCHOCIENTOS NOVENTA
Y UNO.
Sres.
que asistieron:
Alcalde-Presidente:
Don Francisco Calderón Alba
Teniente
2º: Don Pedro Rodríguez Calderón
Concejal:
Don Melchor Rodríguez Calderón
Concejal:
Don Nicolás González Muñoz
Concejal:
Don Antonio Sánchez y Sánchez
Concejal:
Don Manuel Amar Morales
Concejal:
Don Cristóbal Sánchez Muñoz
Concejal:
Don Ángel Borrego Muñoz
Secretario: Don Antonio Lizardi Amar
Inicio del acta del 19/10/1891 en el libro 69-1, p.
217. Archivo Municipal de
Conil.
En
la Villa de Conil de la Frontera, á diecinueve de octubre de mil
ochocientos noventa y uno, reunidos en la Sala Capitular á la hora
de costumbre, los Sres. expresados ál margen para celebrar sesión
ordinaria de segunda citación, bajo la presidencia del Sr. Alcalde,
Don Francisco Calderón y Alba,
el Sr. Presidente declaró abierta la sesión, que ante mí, el
Secretario, tuvo lugar en la forma siguiente. ...
.../..
Punto séptimo.
De
orden del Sr. Presidente, se dió lectura á la siguiente instancia:
||Muy Ilustre Ayuntamiento= Los infrafirmantes, impulsados por ese
dulce afecto, llamado gratitud, que ennoblece el corazón del hombre
y que hace que este corresponda con lo que en justicia se debe á
favores recibidos, quieren en el día de hoy hacer ver que en los
JÓVENES CORAZONES DE LOS
SEMINARISTAS DE ESTE PUEBLO,
hacen eco multitud de plácemes, con que todos honran, no haciendo
mas que lo que deben, á nuestro dignísimo Arcipreste. Interminable
nos haríamos, si hubiéramos de mencionar, todos y cada uno de los
múltiples beneficios, que nuestro pueblo debe agradecerle: juntos
todos, puede decirse, como que forman una corona de
inmarcesible gloria, que ciñendo su respetable frente, le
da honor ál par que le ennoblece, dando prueba con ello de su
desvelo y constante trabajo, por el bienestar de sus feligreses y del
pueblo todo, adonde la mano de la Providencia parece vino á traerle.
Calle Padre Caro en Conil y al fondo la iglesia de Santa Catalina.
Captura Google Maps, imagen 2017.
Una
iglesia parroquial, construida desde cimiento, CON
EL CÉNTIMO
DEL POBRE Y LA PESETA DEL RICO,
la oración del buen católico y las lágrimas del Párroco, se
levanta nueva y magestuosa á orillas del Océano, y allí, á la
vista de su templo, mezclada con el rumor constante y monótono de
las salobres ondas, parece se escucha una voz, que grave y
fantástica, hiere nuestros oidos y dice: “GLORIA,
PUES, Y HONOR ÁL PADRE CARO”.
Ahora bien, si el muy Ilustre Ayuntamiento tuvo ya la honra de
hacerle hijo adoptivo y predilecto de este pueblo, como recompensa á
esa obra, que por sí sola es suficiente para hacer inmortal ál
hombre que la llevó á efecto, á causa de las especiales y tristes
circunstancias, que la rodearon, por otra y otras acciones no
menores, y que también ceden y cederán en beneficio material de los
hijos de Conil, le deseamos un premio digno, si digno pudiera ser el
premio, que darse puede á tan señalados beneficios. Como que solos
nosotros seríamos insuficientes para dar esta recompensa, y
considerando que si, muchas veces, por favores particulares se
acuerda que determinada calle de una población lleve el nombre de un
personaje, para perpetuar su memoria, creemos que con mucha mas
razón, ha de concederse esto para el Padre Caro,
que no ya favores particulares, sino favores que ceden en general
beneficio del todo Conil, ha practicado: y para ello, los dicentes,
seminaristas de Cádiz, é hijos de este pueblo, suplican ál muy
Ilustre Ayuntamiento, se sirva acordar y dar licencia para que el
rótulo de “IGLESIA”,
que lleva una de las calles de este pueblo, se cambie por el de
“PADRE CARO”, á
fin de que, sirviendo esto de recuerdo á nosotros y á futuras
generaciones, haya siempre en Conil corazones que encierren gratitud
a tan digno Sacerdote = Es gracia que no dudan alcanzar los que piden
constantemente ál Señor, dé las gracias necesarias á cada uno de
los miembros de esa muy Ilustre Corporación= Conil 21 de septiembre
de 1891= FRANCISCO DE PAULA SANTOS
= DIEGO FUENTES=
PEDRO RAMÍREZ Y RAMÍREZ=
JOAQUÍN BORREGO.||
El
Ayuntamiento, POR UNANIMIDAD ACORDÓ COMO SE SOLICITA, Y ASÍMISMO
COSTEAR LAS LOSETAS PARA EL NUEVO RÓTULO Y LOS GASTOS
QUE OCASIONES LA INSTALACIÓN DEL MISMO.” »
Firmantes del acta transcrita, libro
69-1, p. 225. Archivo
Municipal de Conil.
Fuente:
Archivo Municipal de Conil,
Libro de Actas Capitulares
69-1, pp. 217-225,
punto séptimo, 19
octubre 1891;
transcripción
literal de Rafael
Coca López, gracias a la
fichas elaboradas por
Antonio Martínez Cordero,
localizadas
en el Archivo Parroquial de Conil de la Frontera.
Agradecimientos:
Yelman F. Bustamante Solórzano,
párroco de Santa Catalina;
Isabel González Ramírez,
responsable del Archivo Municipal de Conil; y,
Juan Pérez González.
Dedicatoria en el reverso de la fotografía del Padre Caro, a dos
feligresas, fechada en Chiclana en 1925. Cedida por Juan
Pérez González.