[VIENE del 28 de octubre]
Nota: Todo el texto escrito en letra cursiva, itálica o bastardilla, se corresponde a la transcripción original del artículo. Las imágenes han sido seleccionadas por el transcriptor, con indicación de la fuente y autoría siempre que ésta haya sido posible identificar.
« Del “SOBERBIO” y sus pertrechos se recuperaron siete de los 32 CAÑONES, y tenemos dudas sobre algunos más, que fueron aboyados pero luego no consta que se rescatasen. También palos de su arboladura, el timón, grandes cuartela das del casco, jarcia, la campana, parte de un ancla, etc. De todos ellos hay una relación completa con sus medidas y material del que estaban fabricados. Se hicieron varias entregas o prorrateos de la carga salvada entre los interesados. En mayo de 1752 se repartió LA MITAD de lo que se había recuperado hasta entonces, deduciendo los derechos que correspondían a la Corona. Es importante señalar que desde el primer día hubo un especial interés en recuperar el REGISTRO DE CARGA DEL “SOBERBIO”. Se ofreció un premio de 50 DOBLONES a quien devolviese ese cuaderno, pero NO APARECIÓ y hubo que esperar a que mandasen una copia del mismo desde Veracruz, que llegó en agosto de 1752. El registro era imprescindible para saber con exactitud lo que se había cargado legalmente y lo que pertenecía a cada cual, con objeto de hacer el reparto.
[Ambientación] La campana de un barco (Cortesía de Universidad de East Anglia); dos buceadores midiendo cañones, botella de vino con el escudo de la familia Washington (Cortesía de Norfolk Historic Shipwrecks) y campana del navío. Fuente: “es.theepochtimes punto com”, Michael Wing, 22 julio 2022.
En septiembre-noviembre de 1752 se hizo otro prorrateo, y suponemos que hubo otro cuando se cerró definitivamente el rescate. No tenemos constancia de QUEJAS, de manera que imaginamos que los interesados quedaron contentos. A lo largo de estos años hubo algunos sucesos que alteraron la vida en el Real, a veces incluso aburrida cuando el tiempo no permitía el buceo y se pasaban los días sin tener nada que hacer, salvo recorrer la playa para ver si el mar arrojaba algo. En mayo de 1752 aparecieron frente a la costa CINCO EMBARCACIONES LEVANTINAS, y un par de días más tarde, DOS CATALANAS. Anclaron allí con la excusa de pedir agua a los del campamento, algo que nos parece poco creíble, puesto que estaban a dos pasos del puerto de Cádiz, del que acabarían de salir o al que iban a llegar en unas horas. Seguramente eran SIMPLES CURIOSOS que acudieron allí a ver qué pasaba, atraídos por las noticias que por supuesto se habrían extendido de boca en boca sobre el naufragio. // Días después del desastre fue necesario instalar en la playa UN CAÑÓN para defender el campamento y ahuyentar a los que se acercaban al lugar donde estaba el casco. Este cañón sirvió igualmente para espantar a unas embarcaciones de MOROS que se dejaron ver meses después. Otros DOS CAÑONES se emplazaron en lo alto del acantilado.
[Ambientación] Ancla hundida. Fuente: “alamy punto com”.
El Real incluso se vio amenazado por un gran incendio que en agosto de 1752 amenazó con abrasar las barracas. Se salvaron abriendo cortafuegos en el chaparral y el PINAR, pero se sospechó que lo habían provocado los ganaderos de la zona. // La pérdida de este navío no sólo afectó a su dueño y a los cargadores. Meses antes y después naufragaron otras embarcaciones importantes: el 24 de septiembre de 1751 se perdió el navío “San Jerónimo”, alias “El Retiro”, en las costas yucatecas de cabo Catoche (32), y el “San Diego” el 16 de enero de 1752, a siete leguas del puerto de Cádiz (33). Teniendo en cuenta que antes de estas fechas el comercio había estado interrumpido varios años a causa de la guerra, y que muchos de los cargadores afincados en Cádiz eran delegados de comerciantes extranjeros, no es de extrañar que tras estos naufragios la BOLSA DE LONDRES cerrase sus puertas un par de días. También hay que considerar que las compañías inglesas de seguros contaban entre sus clientes a los cargadores gaditanos (34).
[Ambientación] Hallan histórico naufragio; tesoro recuperado del primer naufragio pirata autentificado encontrado. Fuente: “pinterest punto es”.
Para cerrar esta historia, el 1 de noviembre de 1755, seis meses después de acabar el rescate, ocurrió uno de los MAYORES TERREMOTOS que se han conocido, el de LISBOA, que en las costas de Cádiz se agravó con un MAREMOTO (35). Los pocos restos que quedaban del “SOBERBIO” en La Barrosa sufrieron los estragos, removiéndose y esparciéndose aún más. Pero los habitantes de los pueblos cercanos siguieron paseando la playa, como se canta en el famoso tanguillo gaditano, buscando los duros antiguos. »
Notas de las autoras:
(32) AGI, Contratación, 4935.
(33) AGI, Indiferente, 2027
(34) Carta de Ricardo Wall al marqués de la Ensenada. Londres, 9 de marzo de 1752. AGI, México, 2972.
(35) Carta de Félix Abreu a Ricardo Wall. Londres, 1 de diciembre de 1755. AGS, Secretaría de Estado, 6929; Carta de los diputados del Comercio de Sevilla al Consulado de Cádiz. Sevilla, 2 de noviembre de 1755. AGI, Consulados, 209.
Fuente: “El SOBERBIO. Naufragio y rescate de un navío en el siglo XVIII”, por Genoveva Enríquez Macías (Universidad de Sevilla) y Victoria Stapells Johnson (Universidad de Ottawa, Canadá). Revista de Historia Naval; Instituto de Historia y Cultura Naval Armada Española; N.º 93, Año XXIV, 2006, pp. 33-56. // Tesis doctoral: “Guillermo Terry, armador en Cádiz y su navío SOBERBIO. Guerra y comercio en la primera mitad del siglo XVIII”. Autora, Genoveva Enríquez Macías, Director-Tutor, Pablo Emilio Pérez-Mallaína Bueno. Universidad de Sevilla, febrero 2023.
[FIN DEL ARTÍCULO]
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