martes, 25 de febrero de 2020

CONIL Y LA PESTE EQUINA (1989).

A raíz de presentarse el primer brote de peste equina africana (PEA) en Andalucía, se tomaron una serie de medidas y acciones, detalladas en la entrada del pasado 15 de febrero, con el resultado de un “aparente” control de la epidemia, pregonándose en la prensa que estaba “extinguida” y poniendo en valor, con exceso de optimismo, la buena gestión realizada por los organismos competentes. La reseña periodística tiene fecha de mediados de enero de 1989, y sin embargo, la PEA no se dio oficialmente por extinguida hasta el 30 de marzo de 1989, en vísperas de la Feria de abril de Sevilla, después de unos tres meses sin nuevos casos.
Posteriormente, vendrían más brotes, y se seguiría aprendiendo de los errores pasados.


 
Fuente: “ABC”, del jueves 12 de enero de 1989.


De la web de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, se entresaca la siguiente información:


Los animales afectados y la distribución territorial de las muertes aparecen en la siguiente tabla:

No hay ningún caso en CONIL, pero sí en municipios cercanos, como Vejer de la Frontera, Medina Sidonia, Barbate, Chiclana de la Frontera,...


La gestión en campo contra este primer brote de P.E.A. se realizó con 10 equipos de lucha y seguimiento y 2 equipos de prospección y control vectorial, además de un equipo centralizado de responsables administrativos y técnicos.

Para la vacunación se recurrió a los veterinarios titulares de los municipios en los que ésta fue obligatoria.

El seguimiento clínico de las explotaciones afectadas y limítrofes fue exhaustivo, detectándose los casos de animales con sintomatología sospechosa, a los que se obligaba sacrificar. La causa certera de la muerte se determinaba posteriormente mediante análisis de sangre y bazo.

Hasta el 27 de Enero de 1989, en que se dan los últimos casos de muerte por P.E.A. se han ido sucediendo desde el comienzo del brote de la epizootia un total de 110 casos de muertes y 75 sacrificados. Tal como se indica en la tabla, las muertes se deben a una variada casuística, no pudiéndose precisar con rigor más la muerte de 185 animales, en los que los resultados del análisis de las muestras oportunas han dado positivo.Todo ello sobre un censo total de animales que ascendía en las fincas y municipios afectados de 1.157 équidos.


Segundo brote:


Sin embargo, cuatro meses más tarde, en Agosto, aparece un segundo brote de peste equina en Sotogrande, detectado en caballos importados que iban a participar en un torneo de polo.

A partir de este foco, la peste equina se extiende por toda Andalucía Occidental, destacando los brotes de la parte sur de Huelva y de Montoro, en este último caso por el carácter bravío de la cabaña equina que hace muy difícil su vacunación. En la tabla siguienteaparecen los resultados en muertes y sacrificios, donde destaca la fuerte concentración de los casos en la provincia de Huelva.


Este rebrote se extendió muy rápidamente y puso en cuestión las medidas preventivas llevadas a cabo anteriormente y la celeridad con que había sido declarada extinguida la peste.

Para no volver a cometer los anteriores errores se lleva a cabo ahora un Censo de todos los équidos de la Comunidad y se extiende a todas las provincias, no sólo de las afectadas, el proceso de vacunación. Así pues, dentro de la acción preventiva se vacunaron forzosamente todos los équidos de la región a partir del mes de Octubre, lo que afectó a más de 148.000 caballos, se les dotó de cartillas sanitarias y se dicta la prohibición de la concentración y la movilidad libre de la cabaña, mientras dura la campaña de vacunación y, posteriormente, mientras se comprueba mediante testajes el grado de aceptación de las vacunas y se revacunan los animales desprotegidos, por lo que no se permite la libre movilidad de équidos hasta el mes de Julio de 1990.

Entre Agosto y Noviembre de 1989 se supera la cifra tope de mil équidos muertos, aunque a partir de esa fecha, gracias a las vacunaciones y a una climatología adversa para la propagación de la peste, ésta remite sustancialmente. Así, a mediados de 1990 los équidos muertos se quedaban estacionados en torno a los 1.600.

Durante este periodo de tiempo, la CE amenaza con prohibir la salida de équidos de la nación durante dos años y varias comunidades autónomas prohiben la libre circulación de los mismos. Por su parte, la Administración Central negocia con las Comunidades Autónomas un plan de sanidad animal, en el que se prohibirá la circulación de ganado sin identificar.

En Diciembre de 1989 el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación diseñó un plan de prevención y control de la peste equina, en que se consideraba a la nación como zona ocasionalmente afectada por la misma. El Plan de seguimiento de la peste contemplaba la declaración obligatoria de cualquier brote de enfermedad, así como la elaboración de unas normas en las que se definía el entorno de la inmovilización en caso de detectar la enfermedad, que se fijó en principio en 50 kilómetros en torno al foco. La normativa contempla también un tiempo de 40 días después del último caso registrado, para declarar erradicado el foco.


En los primeros meses del año 1990 han sido noticia los diversos intentos de desmovilización de la cabaña, que resultaron sin éxito, ya que se ha mantenido un programa estricto de control y vigilancia. Ello ha motivado la ausencia de équidos en las grandes Ferias y celebraciones andaluzas (Feria de Abril de Sevilla, del Caballo de Jerez, Romería de El Rocío), con los consiguientes perjuicios de tipo social y económico.

Así, en el mes de Marzo de 1990 se autoriza el traslado controlado de équidos reproductores, caballos de picar y de rejones, y los destinados al sacrificio. Sin embargo, a final de este mismo mes se revoca dicha decisión, al detectarse que un 11 por ciento de los 7.977 caballos chequeados en las ocho provincias andaluzas no posee anticuerpos contra el virus de la peste, en un programa de testaje realizado.

Este programa consistía en la comprobación de la aceptación de las vacunas contra el virus de la peste, la revacunación de los animales desprotegidos y la vacunación de los nuevos potros. Existiendo otras medidas complementarias como la introducción de "caballos centinelas", con objeto de evitar que se reproduzca la enfermedad, el seguimiento de los vectores y la obligatoriedad de comunicar las enfermedades a Sanidad Animal. En él intervinieron un equipo de 140 veterinarios, repartidos por toda la Comunidad.


Este hecho motivó el reforzamiento de las medidas para evitar el movimiento clandestino de équidos, aunque existían al respecto diversas opiniones, ya que el caballo podía estar inmunizado de por vida y perder sus anticuerpos a partir de los 3 meses de ser vacunado.

En el mes de Abril se anuncia la prohibición de concentraciones de caballos en las Ferias y en El Rocío, y el mantenimiento de la desmovilización hasta el verano, mientras se finaliza el chequeo y revacunación de toda la cabaña equina andaluza.
Fuente: Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo 
Sostenible. “Incidencia de la peste equina”

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