[CONTINUACIÓN del 19 abril 2024]
… sigue de … «”CAPÍTULO III. VIDA Y COSTUMBRES DE LOS PÍCAROS DE ALMADRABAS.
Podemos imaginar, sí, cómo los aspirantes a pícaro como Carriazo, huyendo de ciudad en ciudad y faltos de recursos caerán por las playas gaditanas, donde además de asegurarse el sustento diario, conseguirían acarrearse unos escudos, entre lo que les diera el Duque y lo que dejara la sisa, para así continuar después la brega diaria. Pero no eran solamente muchachos díscolos los habitantes de estas pesquerías; la inmensa mayoría de los pícaros de estas almadrabas eran facinerosos, fugitivos y desertores, perseguidos por la Justicia, que venían a encubrir sus errores entre lo más podrido de nuestra sociedad.
Playa de Conil, 1 mayo 2017. Gentileza Antonio Leal.
Sabemos que no se les pedía nombre ni antecedentes y era admitido cualquier advenedizo. Sin duda, entonces sucedía lo que en un tiempo del Dr. Thebussem, matricularse bajo el nombre de <Pedro Pérez>, por ejemplo, uno que el año anterior se apellidaba <Luis Alfaro>; lo cierto es que la Guardia Civil suele pedir las listas de los trabajadores, y después de leídas las devuelven al capataz o arráez, murmurando por lo bajo un <no está>, y marchando a otro punto en busca de algún criminal que se dejan a la espalda (3).
Los más holgazanes del mundo, cuando volvían de las almadrabas, las gentes les echaban en cara por los caminos su haraganería, roncando y gritándoles: Roncadle, que del almadraba viene. Y de su andar de una en otra almadraba trae su origen, según Horozco, el dicho popular Ir de la Zeca a la Meca [1], nombres de fuentes muy conocidas por su riquísima agua, junto a estas pesquerías.
Pero tanto desenfreno y libertad no estaban desprovistos del riesgo de convertirse en unos instantes en agudo dolor y penosa esclavitud, como justo castigo del Cielo, que, a veces, se ofrecía propicio a los moros en sus frecuentes desembarco en las costas de Levante y Sur de España. Y es que entonces sucedía lo que relata Cervantes con términos tan certeros, en su obrita arriba mencionada [La Ilustre Fregona], después de encomiar el placentero vivir de los pícaros de las almadrabas:
La majestuosa torre atalaya de Castilnovo en medio del Prado. Fuente: Antonio Leal, 27 abril 2020.
Pero toda esta dulzura que he pintado tiene un amargo acíbar, que la amarga, y es no poder dormir sueño seguro sin el temor de que en un instante los trasladen de zahara a berbería. Por esto las noches se recogen a unas torres de la marina, y tienen sus atajadores y centinelas, en confianza de cuyos ojos cierran ellos los suyos, puesto que tal vez ha sucedido que centinelas y atajadores, pícaros, mayorales, barcos y redes, con toda la turbamulta que allí se ocupa, han anochecido en España y amanecido en Tetuán.
Prueba de ello es la Relación verdadera del rebato que dieron cuatrocientos y cincuenta turcos en el Almadraba de Zahara, y a dónde saltaron a tierra, y a qué hora, y qué fustas traían, y la gente que murió de una parte y de la otra, y la que llevaron captiva escrita por Andrés de Burgos [2], en Sevilla, el año 1612.
Retrato de Horruc (Aruj, Barbarroja), aguafuerte, 1681. Inscripción: “Horruc Cossario de los Turcos”. Biblioteca Nacional de España. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
Quien desee conocer con más detalles estas incursiones de los berberiscos por nuestras costas meridionales, puede leer con provecho el artículo de Sancho de Sopranis La piratería mahometana de las costas andaluzas, en la primera mitad del siglo XVI, <Mauritania>, 1944 [3]; y Cádiz y la piratería turco.berberisca en el siglo XVI, <Archivos del Instituto de Estudios Africanos>, Año VI, 1963, número 26, del mismo autor.
No se debe olvidar el ataque y desembarco de 1574 a la almadraba de Hércules, Torregorda hoy, por varias galeotas turcas, que fueron rechazadas por los de la ciudad de Cádiz. Puede verse en Horozco, en su Discurso de la Fundación y Antigüedades de cádiz, publicado en 1929, pág. 216 y siguientes. Este suceso fue plasmado en un cuadro de grandes dimensiones existente en el Museo de Bellas Artes de esta Ciudad.
El mismo Cervantes, varias veces traído a este estudio, pinta también uno de estos repentinos desembarcos y consiguientes presas, en el Lº III, capítulo XI de Persiles y Segismunda y en algunas de sus comedias.”»
Monjes cristianos pagando un rescate para liberar a los cautivos. Pierre Dan, Histoire de Barbarie et de ses Corsaires, 1637. Fuente: Wikipedia, la enciclopedia libre.
Notas del autor:
(3) Thebussem, Segunda Ración de Artículos, páginas 199-224.
Notas del transcriptor:
[1] De la ceca a la meca. Con verbos de movimiento como ir o andar, significa <de una parte a otra, resolviendo asuntos>. Fuente. Real Academia Española.
[2] Andrés de Burgos, vecino de Sevilla autor de “Relacion verdadera del rebato que dieron quatrocientos y cincuenta turcos en la almadrava de Zaara y a donde saltaron en tierra ya que ora y que fustas trayan y la gente que murio de una parte y de la otra, y la que llevaron cativa”.
[3] Hipólito Sancho de Sopranis (El Puerto de Santa María, 1.893 – 1964). Historiador, estudioso en particular de la de Cádiz. Biografía AQUÍ. Fuente: “Gente del Puerto”.
Fuente: “Los pícaros de Conil y Zahara: estudio histórico sobre los jesuitas y las almadrabas del duque de Medina Sidonia en la segunda mitad del siglo XVI”, Pablo Antón Solé; edición original en Cádiz, 1965; reedición Ayuntamiento Conil, 2009.
[CONTINUARÁ el 03 mayo 2024]
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