AYES DEL ALMA.
En noviembre de 1936, cuando Luis escribe estos versos, su hijo Manolo seguía desaparecido, no era consciente, o no lo quería admitir, que habría sido asesinado por estar afiliado en Falange, muy activa a favor del golpe de Estado, que por cierto no triunfó en Jaén, que es donde se desarrolla la descripción de todos los versos. Éstos denotan la intensa pena y desazón de un padre al carecer de noticias de su hijo secuestrado.
Aparte del título elegido por Luis Briceño para estas letras, quiere incidir, si cabe más, en su dolor, entresacando unos versos de la novela <Mansedumbre>, de Juan Francisco Muñoz y Pabón, que utiliza como introducción para los suyos.
«” Desde que te marchaste, / sol de los soles, / ni los pájaros cantan / ni el río corre. / ¡Ay, amor mío! / Ni los pájaros cantan / ni corre el río. / J. F. Muñoz y Pabón.
[Ambientación] Fachada principal de la catedral de Jaén. Fuente: “Jaén en el pasado”, Juan Izquierdo González; “es.pinterest punto com”.
La encumbrada chusma, maestra en el dolo,
sustrajo de casa a mi hijo Manolo.
¡Hijo de mi alma! ¿Te han hecho sufrir?
¿Te ha pasado algo? ¿Has logrado huir?
Nadie sabe nada. Yo heles preguntado;
cual si fueran mudos, nada han contestado,
y el alma en sus cuitas aún más se ha abismado.
En llanto deshecho, próximo al vahído,
la cabeza loca y el pecho oprimido,
este pobre padre, ¡oh, cuanto ha luchado!
¡Cuánto se ha movido, cuánto ha investigado!
DE día, de noche, de aquí, de acullá,
ora en este pueblo, ora en el de allá,
de indagar constante nunca cesará.
Súplicas, ofertas, investigaciones,
tanteos, instancias, ruegos, inspecciones,
rodeos, viajes, tenaz persistencia,
por saber un algo de la su existencia.
Pero todo es nulo. ¿Qué queda de hacer? …
Seguir sin desmayos; hacer renacer
bríos y esperanzas: no desfallecer.
Si a pesar de todo, ¡oh, Dios!, sucediera
que mi caro hijo nunca más volviera …
Pensarlo me abisma. ¡Horror! ¡Maldición!
¡Que no ocurra eso! ¡Señor, compasión!
¡Que todo se aclare, que a la oscuridad
la luz sustituya de su mocedad
y truéquese en gozo la intranquilidad!
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[Ambientación] Plaza de la Constitución. Fuente: “Jaén en el pasado”, Juan Izquierdo González; “es.pinterest punto com”.
Desde que te robaron,
hijo del alma,
que el campo no florece
y es triste el alba.
¡Oh, tierno encanto!,
hasta el prado está mustio
y yermo el campo.
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Desde que te arrancaron
de entre los tuyos
que no trinan las aves
poco ni mucho.
¡Hijo querido!
¿Sabrá lo que te pasa
tu jilguerillo?
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Desde que te llevaron,
sol de los soles,
que hasta el cielo ha perdido
sus arreboles.
¡Hijo del alma!
El cielo está sin lumbre,
pálida el alba.
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Tu retrato bendito
guardo en el pecho
cual talismán sagrado
que me dé alientos;
pues me horroriza
pensar que ye haga daño
la horda maldita.
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La ausencia de tu casa,
hijo querido,
tiene a los tuyos todos
tan afligidos,
y lloran tanto
que no pasa un minuto
sin verter llanto.
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[Ambientación] Fotografía antigua. Fuente: “Jaén en el pasado”, Juan Izquierdo González; “es.pinterest punto com”.
Tu prolongada ausencia,
hijo del alma,
a todos nos tiene
llenos de alarma.
¡Vuelve a tus lares,
que la calma recobren
tus familiares!
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¿Esas aves, qué tienen
que tanto lloran?
¿Llévole sus hijuelos
mano traidora?
A vuestra pena,
la mía, ¡oh, avecillas!,
bien se asemeja.
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Desde que te llevaron,
dulce amor mío,
que está pálido el cielo,
el sol sin brillo.
Y hasta en la noche
las estrellas menguaron
sus resplandores.
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La luna ahora se oculta
tras densas nubes,
para hacer más acerba
mi pesadumbre.
Señor, Clemente,
déjame la esperanzas
de otra vez verle.
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El rosal que hay en casa
rosas no tiene
y si vésele alguna
no lo parece.
¡Hijo querido!
Con tu ausencia la vida
se ha ensombrecido.
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[Ambientación] Plaza San Francisco. Fuente: “Jaén en el pasado”, Juan Izquierdo González; “es.pinterest punto com”.
El lindo jilguerillo
que aprisionastes
y que tanto cantaba
tras los alambres,
ya no gorjea;
también siente en su jaula
males de ausencia.
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Desde que te ha llevado
la vil canalla
tu halagado gatito
malla que malla.
¡Ay, mi Manolo! …
Malla el gatito al ver
tu cuarto solo.
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¿Qué te han hecho, hijo mío,
esos malvados?
¿Qué haces ya tantos días?
¿Te secuestraron?
¿Lograste huir,
o encerrado te tienen
en checa vil?
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¿Te están martirizando?
Nefasta idea.
Apártala, Dios mío,
de mi cabeza.
¿Por qué la tengo,
metida como un tósigo
en mi cerebro?
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El triunfo de los buenos
que por la Patria
luchan para del rojo
fangal sacarla,
¡ay!, ¿cuándo llega?
Señor, ese triunfo,
¡ay!, cuánto tarda.
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[Ambientación] Majestuosa catedral. Fuente: “Jaén en el pasado”, Juan Izquierdo González; “es.pinterest punto com”.
Entonces, ya sabremos
lo que ha pasado
y lograremos verte, hijo adorado.
Que venga pronto
ese anhelado triunfo,
Rey de los Cielos.
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Los vecinos de arriba,
que es buena gente,
mitigan nuestras penas
constantemente.
Ellos no saben
el bien consolador
que así nos hacen.
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Otras muchas personas
que bien te aprecian,
desea que termine
tu larga ausencia.
Entra por casa
y ahuyenta la zozobra
de cuantos te aman.
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El buró de tu padre,
que ya tú usabas,
está cual lo dejaste;
tu vuelta aguarda.
Y es grande cosa:
tus libros y papeles
nadie los toca.
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El cuarto que ocupabas
nadie lo pisa,
más que el gato maullando;
señal precisa
de que él también
se duele de tu ausencia,
mi caro bien.
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[Ambientación] La “Carrera”. Fuente: “Jaén en el pasado”, Juan Izquierdo González; “es.pinterest punto com”.
La silla que ocupabas,
cuando comías,
está en el mismo sitio,
siempre vacía.
Hasta que vuelvas,
también llora la silla
tu larga ausencia.
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Los bronces de los templos
ya no se oyen.
En tu ausencia han callado
sus santas voces.
Y es coincidente
que no hablen las campanas
tú estando ausente.
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Si alguna vez leyeres
estos renglones,
y ojalá que así fuera,
sol de los soles,
no en ellos veas
que que la forma insulsa
de mi honda pena.
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Que poeta no soy
bien se conoce,
y si ofendo a las Musas,
que me perdonen.
Opreso el pecho
sentí, y lo quise, en vano,
decir un verso.“»
Fuente: “AMAPOLAS Y JARAMAGOS: cuentos, anécdotas, narraciones y chascarrillos”, por Luis Briceño Ramírez, p.p. 11-17. Primera edición, Gráficas Morales, Jaén, 1.940.