lunes, 14 de febrero de 2022

ESCULTURA I.

NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES (primera parte).

Grabado de la Virgen de las Virtudes, fechado en 1796. Fuente: “todocoleccion punto png”.

Escultura gótica de los siglos XIV o XV, que preside el retablo mayor de la Parroquia de Santa Catalina, en la Plaza de la Constitución s/n. Unos la creen de origen aragonés o de procedencia italiana y otros de tipo borgoñón. Se trata, en todo caso, de una de las imágenes más antiguas de la provincia de Cádiz. Es la patrona de Conil, título que comparte con Santa Catalina y San Sebastián.

Ubicación del templete con la imagen en el retablo del altar mayor. Fuente: R.C. López, 24 septiembre 2021.

Cuenta la leyenda que se apareció a un campesino. En el lugar de la aparición se construyó la primitiva ermita de las Virtudes, sustituida en el s. XVI por el Convento de Mínimos. Según Pedro de Medina, cronista ducal, los Guzmanes donaron la imagen a los frailes para su custodia y hoy sigue presidiendo el Altar Mayor de la iglesia, actual Parroquia. Esta Virgen, que tenía fama de ser muy milagrera, despertaba una gran devoción en Conil y muchas gentes de la comarca acudían a ella en romería durante el mes de septiembre.

Conjunto escultórico, la Virgen con el Niño. Fuente: facebook José Antonio Alba Zájara “Fleki”, 8 agosto 2020.

Se trata de un grupo escultórico de la Virgen y el Niño, de una sola pieza, tallado en madera. La Virgen aparece de pie, en actitud levemente mayestática con aire y empaque risueño, tan característico del período gótico. Sostiene al Niño en su brazo izquierdo y éste ensaya una bendición con su mano derecha. La imagen fue realizada para su contemplación frontal, pues tiene menos pormenorizada su talla en el reverso. La primitiva talla estaba policromada, con ocres en rostros y manos, pigmentos jacinto y azules en sus vestiduras y azul ultramar muy luminoso en el interior de los pliegues.

El conjunto, fuera del camarín, para su contemplación. Fuente: facebook José Antonio Alba Zájara “Fleki”, 29 septiembre 2019.

La Virgen se ubica en el camarín del retablo y dentro de un templete salomónico de madera dorada realizado hacia 1670. Se exhibe habitualmente provista de corona, saya y manto con bordados dorados, sobre una luna creciente. De la escultura de madera original sólo resultan visibles los rostros de la Virgen y el Niño. Las manos de la Virgen, con un báculo en la derecha, forman parte de unos falsos brazos articulados. Desde el s. XVIII la imagen está recubierta por una estructura metálica de chapas de plata -semejante a una armadura medieval- que se prolonga en el cono de madera de cedro, sobre el que apoya, lo que le confiere una silueta alargada de mayor dimensión y altura. La corona de la Virgen y la del Niño son de oro, datan de la segunda mitad del s. XVI y se conservan en buen estado. Pero es desprovista de todos estos añadidos cuando la imagen se muestra en toda su sencilla y graciosa belleza.

Antigua “estampa” de Nuestra Señora. Fuente: facebook Manuel Cortés, 10 junio 2021.

Fue restaurada en 1994 por Alfonso Berraquero García. Antes de su restauración, la Virgen estaba inserta en el cono de madera hasta casi las rodillas y las piezas metálicas de plata que la recubrían estaban sujetas a la imagen con clavos. La restauración ha consistido en su limpieza, desinsectación, rellenado de huecos, reintegración de pliegues del manto y tratamiento de los rostros. Posteriormente la figura fue estucada y reintegrado el color de rostros, manos, pelo y manto de la Virgen.

La imagen sin ningún tipo de aderezo. Fuente: facebook Manuel Cortés, 10 junio 2021.

Terminada la restauración, fue colocada sobre el cono de madera, recubierta con las piezas de plata y provista de un mecanismo a modo de arco que rodea la imagen, en el que se insertan los brazos articulados (antes fijos) y los soportes de coronas y vestiduras, quedando la imagen totalmente libre de pesos o tiranteces.

Dada la categoría estética e histórica de la imagen, el restaurador sugirió que se presentase a la devoción popular sin la saya que la cubre, dejándole manto y coronas, no perdiendo por ello la estética a la que los fieles están acostumbrados. Sale en procesión el 8 de septiembre, el Día de la Virgen o Día de la Patrona.

Fuente: “PATRIMONIO CULTURAL DE CONIL DE LA FRONTERA”, Autor: ANTONIO SANTOS GARCÍA; Colaborador: FRANCISCO GONZÁLEZ UREBA; Coordinador: ANTONIO MUÑOZ RODRÍGUEZ; Director editorial: CARLOS ROMERO VALIENTE; Edita: G.D.R. Litoral de la Janda. 2007.

NOTA.- En el “INVENTARIO DE BIENES DE LA PARROQUIA SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA, VIRGEN Y MÁRTIR (Conil de la Frontera), p. 16, del 8 de septiembre de 2020, realizado por José Antonio Alba Zájara “Fleki” y la colaboración de Manuel Cortés, figura la siguiente descripción:

Talla de bulto redondo en madera policromada. La imagen mide 28 centímetros de alto. De estilo gótico, aunque la encarnadura de la mascarilla es posterior. Viste túnica granate, manto cian terciado y en su cabeza cae un lazo blanco hacia la espalda. El niño porta en su mano izquierda una manzana y con la mano derecha realiza la bendición. La Virgen se presenta enhiesta, y porta al niño en su brazo izquierdo.

La regaló Alonso Pérez de Guzmán, VII duque de Medina Sidonia, al convento de los frailes mínimos de San Francisco de Paula. En el siglo XVIII se reviste con armadura de plata y ropajes; y en el 2015 se vuelve a desvestir. En el 1993 fue restaurada por D. Alfonso Berraquero García y se le retira la armadura de plata (esta se encuentra custodiada por la Hermandad). La imagen de Nuestra Señora de las Virtudes es Patrona de Conil de la Frontera desde el s. XVIII.”


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